lunes, octubre 18, 2010

Apáticamente muerta

Chica muerta
Egon Schiele 1910

apatía.

(Del lat. apathīa, y este del gr. ἀπάθεια).

1. f. Impasibilidad del ánimo.

2. f. Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía.

viernes, octubre 01, 2010

Damien Rice - Volcano - Official Video

Buenas noches, entrópicos

Qué bonito, pienso, al ver el reguero de sangre roja sobre mi piel pálida. Es de noche y fumo en el balcón del hotel. Este limbo perdido en un agujero del tiempo y los mapas. Qué bonita la sangre sobre el blanco de la piel. No voy a limpiarla, la dejaré hasta mañana. Buenas noches, entrópicos. La entropía nunca fue más intermitente. Ya no hay suelo bajo nuestros pies, el caos y la confusión se han adueñado del mundo. Ha llegado el Reinado de la Incertidumbre y como dirían los Starck, se acerca el invierno. Lameré mis heridas a mi manera. Esta noche: helado y película de chicas después del baño. Me mimaré mientras espero el fin del mundo o un nuevo renacer. Arderé en el fuego como buena salamandra y de él saldré indemne y fortalecida. Buenas noches entrópicos. Estad atentos, el fin y el comienzo están cada vez más cerca.

miércoles, septiembre 22, 2010

Tomando la luna llena (poema tonto)


Luna lunática

Conviérteme en bestia

Que ni razona ni piensa.

Luna lunera

Hazme de piedra

Que ante el fracaso no se arredra.

Luna llena

Llévame contigo

Al país de plata

Donde el dinero no manda.

Luna madre

No abandones a esta hija de la Tierra

No la dejes sola en su espiral secreta.

Tiene miedo del futuro

Del presente no vivido

Del pasado ya perdido.


Luna lunática

Haz que enloquezca.

domingo, septiembre 12, 2010

La llegada a la habitación 105

Erwin Olaf

Llegué a este hotel por casualidad. Un curso en una pequeña ciudad de provincias, una búsqueda rápida en la web, reserva via e-mail; y ahí estaba yo, con la maleta en la mano y una libreta por estrenar; Moleskine negra, por supuesto. El hotel era pequeño, pero tenía cierto encanto desvencijado, casi como el que se percibe en la atmosfera de La Habana. Un edificio antiguo en el centro histórico y gente amable en la recepción que me dieron la llave de la habitación 105 y me indicaron un lugar bueno y barato para comer. Estaba deseosa de empezar mis clases: Taller de Novela Negra, no es que fuera uno de mis géneros favoritos, pero ibámos a hablar de libros y a escribir, ¿qué más podía pedir? ¿En qué otro lugar podía esconderme?


De la habitación del hotel de Hopper
Daniel Torres

Las cosas en casa se habían torcido de un modo que se asemejaba demasiado a la ruptura. De hecho se trataba de eso, de una ruptura, pero yo aún no lo había asimilado. No entendía nada: ¿por qué iban a separarse dos personas que se quieren? Creía que lo podría arreglar, pero nadie puede reconstruir una copa de cristal rota y además recoger el vino derramado. Y el vidrio de esta copa parecía, pese a las apariencias, ser de los más delicados, de aquellos que tiene los bordes más punzantes y te dejan sangrando cuando tratas de recoger un pedazo del suelo. Sea como fuera, llegué a aquel hotel con el corazón rasgado, dolor en el pecho y un ambicioso plan que consistía en sobrevivir. Sumergirme en el mundo de los libros y olvidar la realidad por unos días.

El curso sobrepasó con creces todas mis expectativas. Hablábamos de literatura real, de mitos, de los orígenes de las historias. Me emocionaba. Después de cada clase nos acercábamos a un bar de la zona a pedir unas cervezas y seguir con la conversación, como si no quisiéramos que la clase terminara jamás. Pero el grupo acababa dispersándose y llegaba la hora de volver al hotel sola, a mi pequeña habitación, la 105, tomarme las pastillas que me desconectarían de la realidad y abandonarme a un sueño sin sueños. Sobrevivir a la noche y a la soledad con ayuda de las recetas de mi médico de cabecera. Había decidido seguir adelante y la única manera de hacerlo era no quedarme despierta por la noche e impedir que mi mente se dejara arrastrar por la espiral. Hubiera sido muy fácil tomar el lado oscuro: en lugar de una o dos pastillas, tomarme todo el bote y sumarle, los diazepán, quizás también los antidepresivos. Y se acabaron las luchas y los sueños fracasados, ya no sentiría que era una decepción para nadie. Me tildarían de cobarde, pero ¿qué le importa eso a un muerto? Todo habría acabado. Dejaría de estar en guerra conmigo misma.

Pero no, no iba a tomar ese camino, estaba decidida a luchar y a vivir en el fuego sin quemarme. Quería vivir el futuro, no pensaba perderme nada, así que cada día me armaba para enfrentame a la mañana y cada noche, las píldoras me protegían de mis ansias de liberación.
La llamada se produjo la tercera noche.

sábado, septiembre 11, 2010

El hombre de la 104

Habitación con dos ventanas
Ken Currie 2004

El hombre murió en la habitación 104. Lo encontró el recepcionista, no respondía a sus llamadas, entró con la llave maestra y allí estaba él, tendido sobre la cama. Trató de despertarle pero el cuerpo, dijo, ya estaba frío, muy lejos de allí. Pocos minutos después el gerente ya se había vestido y estaba al mando de la situación. Vió el cuerpo, parecía dormido. No quiso mirar más y llamó a la policía. La noche anterior habían estado charlando un rato. El hombre había pedido un par de copas y le había contado lo mal que iba todo, que su madre le había demandado, que le acusaba de golpearla, pero que nada de ello era cierto, que su madre estaba enferma y que todo era una mierda. El gerente, como los barmans de las películas, contestaba con monosílabos y decía que sí a todo, que las cosas estaban fatal. Poco después el hombre subió a la habitación. Y de allí, ya lo sacó la policía. El gerente se sintió un poco culpable, quizás debía haberle dicho algo, quizás una palabra de consuelo hubiera hecho que la noche terminara de otra manera. Había pastillas en la mesilla de noche, me cuenta el gerente, pero no quiso fijarse más. No sabe si fue un accidente o la mezcla había sido planificada. Sea como fuera, el hombre de la 104 ya no cuenta sus penas a nadie. Cada vez que paso por delante de la puerta, creo ver su fantasma tendido en la cama. Siento el agobio que le oprime el pecho, un par de tragos más de güisqui para hacer pasar esas pastillas que le ayudarán a dejar de pensar. Una pastilla más para olvidar a la loca de su madre. Un trago directo de la botella para olvidar que no sabe cómo pagar sus deudas. El resto de pastillas para no pensar en su sexualidad no aceptada, en el fracaso de su vida. Y de pronto ya no está allí. El hombre de la 104 se ha deslizado en un sueño del que ya no despertará. Descanse en paz.

martes, julio 27, 2010

No puedo salvarles

Camina sobre cristales rotos, piedras afiladas, hay sangre en sus pies. Su hambre lo llena todo, un animal acorralado y yo no puede salvarle. ¡No puedo salvarle!

Llena sus pulmones del humo sagrado de la hierba. Una vez, y otra, y otra, y otra más. Veinte veces al día. El THC corre por sus venas, su mente se pierde en una espiral de paranoia y pesadilla. Pero yo no puedo salvarle. ¡No puedo salvarle!

Perdido en la niebla llora por encontrar su camino. Trato de dibujarle un mapa, pero apenas hay luz, no encuentro la ruta. No puedo salvarle. ¡No puedo salvarle!

Hombres muertos caminan por las calles. Hablan por sus teléfonos de última generación. Tienen prisa, hoy hay fútbol, hoy baila Belén Esteban. Y no puedo salvarles, ¡no quieren que les salve de nada!

¿Cómo me atrevo a dar consejos cuando ni siquiera soy capaz de salvarme a mí misma? ¿Cuándo todo mi ser está roto y disperso en millones de pedazos en un desierto de hielo? Reconstruyo el puzzle. Lo intento, de veras, lo intento, pero a veces me canso de seguir intentándolo.

¿Dónde está toda la gente que me quería y a los que yo quería? ¿Dónde están? ¿Por qué ya no hay luz aquí?

martes, julio 13, 2010

Sueño con lágrimas

Se despierta a mi lado llorando.



- ¿Qué te pasa, pequeño? ¿Qué ocurre?

- Era un sueño. Estaba soñando.



No deja de llorar y moquear, le acaricio el rostro y beso sus lágrimas, en adormilados intentos de consolar una tristeza que parece infinita.



- Cuéntamelo, ¿qué pasa?

- Soñaba. Soñaba que éramos novios y estábamos follando.



¿Qué responder a eso? ¿Qué responder cuando tu alma está llena de llagas? ¿Cuándo sólo ese pequeño parece capaz de calmarlas con su cariño?



Cada noche caigo agotada. Mil cosas pendientes, mil cicatrices por cerrar. Explicaciones que no explican nada y una soledad que muerde las entrañas. ¿Qué responder a eso?



- Shhh..., vé a lavarte la cara, ven y descansa. No pasa nada. Todo irá bien.

miércoles, julio 07, 2010

La Fontaine De Sang


Il me semble parfois que mon sang coule à flots,
Ainsi qu’une fontaine aux rythmiques sanglots.
Je l’entends bien qui coule avec un long murmure,
Mais je me tâte en vain pour trouver la blessure.


A travers la cité, comme dans un champ clos,
Il s’en va, transformant les pavés en îlots,
Désaltérant la soif de chaque créature,
Et partout colorant en rouge la nature.


J’ai demandé souvent à des vins captieux

D’endormir pour un jour la terreur qui me mine;
Le vin rend l’œil plus clair et l’oreille plus fine!


J’ai cherché dans l’amour un sommeil oublieux;
Mais l’amour n’est pour moi qu’un matelas d’aiguilles
Fait pour donner à boire à ces cruelles filles!


Charles Baudelaire, Les Fleurs du Mal
1861

domingo, junio 20, 2010

Cambian los vientos

Empiezan a cambiar los vientos. Lo siento en el aire, en los árboles del jardín. Lo siento en mi piel. Se acerca el viento a favor. Desplegad las velas, viento en popa, disfrutemos el camino hacia nuestro futuro. A un lado Asia, al otro Europa…

Enrique Bunbury - El viento a favor (directo)

Si ya no puede ir peor

Haz un último esfuerzo

Espera que sople el viento a favor

Si sólo puede ir mejor

Y está cerca el momento

Espera que sople el viento a favor

Otra vez te haz vuelto a equivocar

Siempre piensas la culpa es de los demás

Y no tienes más remedio

Que de nuevo empezar

Otra vez la has vuelto a fastidiar

Siempre tienes que quedarte atrás

Todavía te queda un buen trecho

Y les tienes que alcanzar

Si ya no puede ir peor

Haz un último esfuerzo

Espera que sople el viento a favor

Si sólo puede ir mejor

Y está cerca el momento

Espera que sople el viento a favor

Otra vez fuera de lugar

Nunca siempre estás donde no debes estar

Muy cerca o muy lejos

No estás atento y se vuelve a escapar

Otra vez perdiste tu oportunidad

Siempre enfrentándote y al final

Vencido por el miedo

Caes al suelo y te dejas pisar

Si ya no puede ir peor

Haz un último esfuerzo

Espera que sople el viento a favor

Si sólo puede ir mejor

Y está cerca el momento

Espera que sople el viento a favor

Si ya no puede ir peor

Haz un último esfuerzo

Espera que sople el viento a favor

Si sólo puede ir mejor

Y está cerca el momento

Espera que sople el viento a favor

lunes, junio 14, 2010

Mi nana

Cuantas noches he dormido escuchando esta canción de mi adorado Nacho Vegas una y otra vez. Una y otra vez. Y otra. Tiene algo que me calma, como los besos frescos sobre una frente afiebrada. Hay días en que sería mejor no levantarse de la cama, cuando crees que el agujero de la soledad está devorándote por completo y pronto no quedará nada de ti. Cuando ya no sabes como gritar: ¡Ayudadme! ¡Sacadme de aquí! Pero no me iré, resistiré. Pronto caeré en otro agujero del cuento del que emerja llena de fuerza y sabiduría. Es sólo un día de bajón, lo sé, un par de días en los que la soledad me consume sin motivo. A pesar de toda la gente que me quiere y a la que quiero, a pesar de que al final las cosas saldrán bien. A pesar de todo, miro mi teléfono sin mensajes, sin llamadas, sin mails, y sin motivo tengo ganas de llorar. Pero no lloraré. Hoy no. Porque quiero vivir en el fuego. Y en el fuego viviré Y si empiezo a arder aprenderé a apagarme. Porque lo dice Nacho y porque lo digo yo.

domingo, junio 13, 2010

Entre mujeres II Desde el otro lado.



- ¿Me dejas conducir a mi?
- No llegaremos

Estoy nerviosa, no sé por donde ir, pero siempre llego.

Entrada al parking. Negro, con luces rojas, tentador…

Llegamos a la habitación, primera puerta a la izquierda, un baño, página 32 del catálogo Roca, con ducha doble, ¡qué bien se lo va a pasar aquí!.

Tres escalones y aparece el jacuzzi.

- ¡Sí! ¡Aquí está!





Ella dice: ¡Esto es una maravilla!

Yo empiezo a temblar, todo va a salir bien.

-Entonces, ¿voy a por el bolso, y las cosas?
-Sí, claro, a no ser que te quieras ir...

Había fumado, nada nuevo, pero me sentía rara, las paredes se movían, descubrí que era una puta lona blanca que escondía una piscina climatizada con luces de colores y agua fría, genial para reaccionar, una terraza, con dos sillas, una mesa, y piedras, no se podía pedir más.

Voy a prepararle el baño mientras sube, me estoy volviendo loca.

Ha llegado ya, con su bolso y con sus labios rojos, lo único que puedo ver desde la terraza, son tan…

Parecía como en las películas, por un momento ví al cámara, los focos y el golpe seco de la claqueta,

... 3..2..1...dentro.

- ¡Está calentita! Voy a meterme ya.

Sería absurdo huir ahora, pero necesito una barrera, tener algo que me impida verle los pezones desde aquí.

Estoy sentada en el suelo de la terraza, aquí puedo verla mejor.

Voy a liarme un porro, esta vez le pondré coca, necesito perder el control y dejarme llevar, el negarme me está salvando, pero ella no lo sabe, está tan bien ahí, parece un ángel ahogándose en el agua, pero no puedo mirar más, quizá deba acercarme...

- ¿Estás segura de que no te quieres meter?

¿Segura?... ¿Meter?... No puedo parar de mirarla a través del cristal, juego con los reflejos que me impiden ver algunas partes de su cuerpo, intento no mirar, pero tengo una tensión en el cuello llamada deseo, que puede más, que gira… y la veo bajo los efectos de las tres caladas a la hierba nevada, me levanto, y voy hacia ella…

Tengo la sensación de estar cayéndome de un rascacielos, como una caída al vacío que una vez lanzada, no puedes frenar.

Estoy de pie frente a ella,

cojo el cenicero,

mechero,

me siento,

exhalo, perfecto humo blanco,

le miro...

y empiezo a arder.

- ¿Me vas a hacer el masaje en los pies?
- Claro que sí, será todo un placer.

Empezó mi miedo a cogerle los pies, a tocarlos como ciega, como si nunca hubiera tocado uno.

- No pasaré de los tobillos.
- Pasa hasta donde quieras.

Seguí sin saber por donde.

Le prensé los pies, encajando toda su forma en mis manos, desde el talón hasta los dedos.
Está tan contenta, parece que por un momento se ha olvidado de sus problemas,

- ¡Esto es mejor que el ''Diazepán''!

Me alegró haber sustituido una pastilla por burbujas.

Tenía heridas en dos dedos, de caminar con sus tacones ''Pin Up'', así que no dudé en rozar mis labios con sus dedos y dejar caer un par de besos.

Podía ver palabras en sus piernas, frases enteras escritas, historias, poemas, veía lágrimas, su día su estrés, sus preguntas, ¿preguntas?

-¿Estas enamorada?
-NO.

Me da tanto miedo aceptarlo, han sido muchos caminos pensando en su tacto, en como será su piel, ¿tendrá el pelo suave? Sus caricias, sus lunares, como sería por dentro...

Pero tenía sus pies entre mis manos, un porro nevado en los pulmones y un te quiero secar con mi lengua, no podía decir que SÍ.

Seguiré caminando,
me arrancaré la planta a tiras en busca de tu voz, ayúdame a perderme, a caer, quémame y hazme mas fuerte,

te estoy odiando tanto por esto que me muero por quererte más y más y más y más...
¿Jugamos al juego en el que tu me pides y yo me entrego?

A sus pies en el jacuzzi, Princesa.




Escrito por CALLE

sábado, junio 12, 2010

Los lenguajes del amor


El amor tiene muchos lenguajes y muchos idiomas. No hablo de italiano o portugués, de lenguas que suenan ronroneantes como gatitos o suaves somo el satén, hablo de los cinco lenguajes del amor de los que habla Gary Chapman en su obra.

A saber,

Las palabras. Indispensables, más para unos que para otros. Yo las necesito más que el aire que respiro. Sin ellas no existe el amor para mí. Dijo en cierta ocasión Mark Twain "puedo vivir por dos meses con un cumplido, con un reconocimiento." También yo.

El contacto físco. Por supuesto. Las caricias, el hacerse el amor o follar como perros. Quererse al fin y al cabo.

Los regalos, ¿qué sería del amor sin regalarnos cosas el uno al otro?

Los actos de servicio, aunque el nombresuena fatal son las cosas que hacemos por nuestra pareja. Ayudar al otro cuando te necesita o no, o sorprenderle son actos de amor necesarios. Si el hombre renuncia a ver un partido Barcelona Madrid por ir con ella de escaparates (tópco, pero un ejemplo claro), eso sí es una expresión de amor. El amor no es un sentimiento aleatorio sino una elección consciente.

Y por último,

El tiempo de calidad compartido. Cuando hablamos de tiempo de calidad, hablamos de dar a alguien tu atención exclusiva. No vale con un "cariño, ¿qué tal el día? Como siempre", sino el hacer cosas juntos, sacar la relación a otro nivel de la de dormir en la misma cama y comer en la misma mesa mientras se miran los mismos programas de televisión. Significa por ejemplo ir a dar un paseo juntos, hacer cosas juntos pero con la atención dirigida plenamente el uno al otro.

Las relaciones deben ser coterapéuticas. Es decir, cuando pasa la sacudida del enamoramiento, el ¡ah!, el nudo en el estómago y el respirarse y llenarse el alma con el olor del otro se llega a una nueva fase. No es que se haya acabado el amor, lo que acaba es el enamoramiento. Es la parte más difícil en una relación de pareja: la de ayudarse el uno al otro a crecer. Caminar en paralelo por la vida.

Pero debemos tener otra cosa en cuenta, y esta es importante para mí, y es que cuando uno tiene un agujero en el corazón y se mueve desde la carencia, entonces no es libre. No hay una elección libre, eliges sólo porque necesitas sobrevivir y llenar tu vacío. Los psicólogos han concluido que el amor es una necesidad emocional primaria en el hombre.

"El amor, como es entendido y enfatizado en nuestro tiempo, es un sentimiento muy profundo, íntimamente personal, e intransferible. Mucho de nuestra estabilidad emnocional y mental depende de que amemos y nos sintamos amados. Los sentimientos de inferioridad, culpabilidad, dificultades de relacionarse con otros, nacen de corazones que han sentido esa carencia de amor, ya sea en sus relaciones como hijos con sus padres, como amigos, o relacionados con una pareja. Es una necesidad interior que en ocasiones es difícil expresar, pero está siempre presente."


"Nosotros hablamos del amor que es elemento esencial para nuestra sanidad emocional. El sentimiento de pertenencia, de ser deseado, dentro del entorno familiar, es una necesidad básica para la estabilidad emocional de un niño. Con ese amor, el niño probablemente crecerá a una madurez responsable. Si resulta ser una carencia, el niño puede llegar a ser un adulto "disminuido" en su ser emocional y social.

Más duro que el enfriamiento de una relación de pareja es lo que viene cuando por una parte o por otra se intenta mejorar la situación y la otra parte no responde. Quizás más que responder a veces reacciona con hostilidad a gestos que lo que quieren es reclamar un amor que se está marchitando."


"Gary Chapman presenta la imagen de un depósito vacío como el corazón de una persona con carencia de amor. Muchas veces una carencia de amor puede ser la fuente de un comportamiento rebelde, irascible, o como los psicólogos lo llaman, un comportamiento desviado. No son expresiones de odio sino un clamor a voces de que el niño o el adulto no se siente amado. El matrimonio, la paternidad, aún la amistad son relaciones que suplen en diferentes niveles ese amor que todos necesitamos. El flechazo en la pareja, un nuevo nacimiento, una nueva amistad, suple esa necesidad por un tiempo, pero a no ser sostenido con un amor que va madurando, es un sentir tristemente perecedero. En el peor de los casos, puede ser tan solo "un puntazo" o un remiendo de una adolescencia difícil o de una relación conflictiva."


http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=1&ved=0CBgQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.caminodevida.es%2FConsejeria%2FLenguajes%2520del%2520Amor.pdf&rct=j&q=los+cinco+lenguajes+del+amor&ei=XX0TTKv1OI754Aaek5y0DA&usg=AFQjCNGqxh8nDaELSysVrpR2R68QyJVz3Q

Las que habitan en mí


"Cuando hay demasiada gente en la habitación, no se puede hablar de amor"

Nacho Vegas

Señoras y señores, bienvenido al egotista, aburrido y fascinante Universo Entrópico. ¿Quieren conocer los yoes que habitan en mí. aquí los tienen. Los personajes de la obra que se representa en este mismo teatro desde hace 34 años son:


El juez sin clemencia. El que me condena por no haberme esforzado lo suficiente, por ser una fracasada, por no ser mejor, por no dar más de mí. Por tener un don y haberlo enterrado como en la Parábola de los Talentos de la Biblia. La que se juzga sin tiempo.

La mujer dura y fría, mi madre a través de mi sangre, la Reina de las Nieves. La que habla con rigor e intolerancia porque está convencida de que no hay fisuras en sus argumentos, decisiones o comentarios. Nadie puede contradecirla porque siempre tiene la razón. La que habla con voz de hielo y a veces asusta o hace daño, porque se cree más fuerte, inteligente y lúcida que los demás. Superior. La que deja caer los párpados pesados como juicios. La que se seca sin labios.

La niña pequeña. La que llora, la que pide amor, la que sufre. La única que se merece que la quieran. La que duele en mi pecho y pide, suplica, cariño, atención y amor. La que necesita abrazos, caricias en el pelo, y un shhhh…, no pasa nada, estoy aquí contigo, no llores pequeña, no volveré a dejarte sola en la oscuridad nunca más, shhhh…
La autodestructiva, la parasuicida. La que busca la espiral de oscuridad. Un mundo de sexo, noche y drogas. Sangre y semen. Dolor y placer. A la que no le importa si despertará al día siguiente o no. A la que apenas le importa nada más que sentir que está viva y que eso no es un sueño, que es real, y si ni lo es ¿qué más da?. La que se duerme sin sueños y se piensa sin sangre. La que congela el júbilo.

La escritora, la que se sueña como tal, la que quiere leer y aprender toda la vida. Ser capaz de contar historias que merezcan ser leídas. La que se siempre se quedó inmóvil al borde del camino. La que sintió pánico de volver a tomar la pluma. Y de nuevo, por fin, con mano torpe empieza de nuevo a garabatear el abecedario del don que le ha sido otorgado, como dijo su profesora de escritura. La que busca su voz entre tantas voces.

La que dice “perdón”, “lo siento” y “gracias” todo el tiempo, la que no tiene autoestima, la que pide permiso para tener derecho a seguir viva. La que no quiere molestar y se siente incómoda en casa de los demás. La que recuerda que quisieron abortarla al concebirla.


Está mi yo racional, a veces lúcido y a veces confuso. Cariñosa, soñadora, tierna, pasional, amiga de mis amigos.

¿Y quien es la que quiere vivir en el fuego? ¿Qué es vivir en el fuego?


No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca

no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo


pero si

pese a todo

no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados


pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil

al borde del camino
y te salvas

entonces

no te quedes conmigo

Mario Benedetti

La ninna nanna

Henador y la chica Dormida
Thomas Gainsborough 1785

Para la pequeñita que llevo dentro

Dormi dormi, piccolina,
e i tuoi sogni di bambini
ricchi sian di cose belle
mentre ti cullano le stelle.

Sogna di maghi e di fate,
di avventure incantate
che nel regno fantasia
potrai viver con magia.

Le tue ore della nanna siano
dolci come panna.
Dormi dormi, piccolina,
sogna fino domattina.

jueves, junio 10, 2010

Entre mujeres I


Me engañó. Me dijo que iba a llevarme a un sitio con una luz magnífica para hacer fotografías. Me lo pidió por favor y me dijo que confiara en ella, así que no podía negarme. Asentí mientras nos perdíamos por varias carreteras secundarias. Era de noche, tarde, yo estaba cansada y tanta rotonda, ir y venir, no me apatecían lo más mínimo y empezaba a sentir un atisbo de mal humor en algún lugar de mi cuerpo. ¿Por qué no nos ibámos a su casa ya? Había llevado un día de locos sólo quería descansar. Pero de pronto, Calle emocionada exclamó: ¡Por fin, es aquí! No me pareció ningún gran sitio, sobre todo cuando se empeñó en meter el coche en el parking. Entonces lo entendí, ah, debe ser por estas luces rojas, quiere darle un toque sensual a las fotografías. Metimos el coche en un lugar cerrado y le pregunté si debía cambiarme de ropa o retocarme el maquillaje. Me dijo que hiciera lo que quisiera, me retoqué un poco, cogimos nuestras cámaras y la seguí escaleras arriba.
Estábamos en una habitación de hotel. Un lugar maravilloso con jacuzzzi, piscina de agua climatizada, terraza privada, y un altillo con una cama de dos por dos, tele de plasma y DVD. Me quedé sin palabras, ¿qué decir? Me preguntó, ¿no tenías tantas ganas de darte un baño de agua calentita? Aquí lo tienes, tranquila que no voy a mirarte. Me daba igual si me miraba o no, sólo quería llenar esa bañera monumental de sales e introducirme en ella como quien retorna al útero materno. Diooooss, qué calentita, qué relax. ¡Esto es mejor que el puto Diazepán!, le grité. Y tranqui, ven aquí, no pasa nada, no es la primera vez que ves a una mujer desnuda, ¿no? Le costó acercarse, pero lo hizo. Poco a poco, con respeto, como quien trata un objeto delicado y muy especial. Se sentó a mis pies, mientras yo metía mi cabeza dentro del agua y sentía mi cuerpo en la ingravidez del calor líquido. ¡Lo echaba tanto de menos! Empezó a masajearme los pies. Yo sólo sentía y vibraba, feliz, emocionada.

- Pero yo no puedo pagar esto.
- Me dijiste que te dejarías mimar, ¿verdad?
- Sí, pero esto es demasiado, no puedo darte nada a cambio, ya lo sabes.
- No sabes lo que me estás dando ya.

Así que me relajé y volví a hundir la cabeza en el agua. Dejaba que el chorro cayera sobre mi cara y mi espalda, me sumergía, una toalla para que apoyara la cabeza si quería… temblaba de placer. Agua calentita al fin. Un jacuzzi para mí. Mimos para mí. El placer acuoso. El agua. El agua...

lunes, junio 07, 2010

La Llei de la Cendra

Cercle de Foc - Estudi II
Guy Ben-Ari


De bell antuvi, sempre he volgut viure en el foc. Cremar-me en ell, però viva, poderosa, com la deessa antiga de les femelles que totes les dones portem dintre. Creure les paraules del primer poema que em va sacsar en l'adolescència, aquell de Vicent Aleixandre, "Unidad en ella". Però d'este poema només m'interesaven uns versos, els més captivadors:


Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Vicente Aleixandre, La destrucción
o el amor (1934).

I això és el que vull ara: cremar-me, però com una xiqueta feble qualsevol m'he convertit en cendra i ara em veig obligada a ressorgir amb tota la força i la saviessa de les antigues. Una nova Fènix que no sap si tornarà a fer-se cendres o deessa. Estimar és diluir-se en l'estimat, és a dir, morir, o ser de dos, un. Però cóm conjugar aquesta visió destructiva de l'ésser amb les paraules de Pessoa? O parlen tots dos del mateix? Es abismem estimant? Amant de debò? És la destrucció o l'amor...? O la monotonia? Una altra mena d'estima.


Louise Peine

Comptat i debatut, hui he rebut este poema. I em parla del mateix. Tot es regeix amb la LLei de la Cendra.
Me mantengo en el centro de mi mismo…
…en el puente que separa lo visible de lo invisible,
lo onírico de lo real...
Donde la mística, la suerte y la casualidad conviven
y el claroscuro es la mejor tonalidad.
Aquí todos me forman.
Aquí de todos formo.
Donde Amor y Odios rigen con la ley de la ceniza.
Arden y Cambian.
Nacen y Recuerdan.
Manteniendo mi bélica Paz.
La que me sobrevive.
Como la agridulce sinfonía.
No la puedo cambiar,
no la quiero cambiar...
¿En que otro lugar podría estar?


C. R. M.

domingo, junio 06, 2010

Querida E.

La novela nueva
Homer Winslow 1877

Querida E.


Hace días que ando, yo también, un poco destemplada, el ánimo propenso a la evasión, las ganas suspendidas, las lágrimas a punto de escaparse cada vez que algo mínimo se atreve a rozar con sus dedos mi presente. No siempre soy así, ya me conoces, aunque sea un poquito. Predomina en mis días la sonrisa, el contento y las ganas de hacer broma, la luz y la razón, por encima de todo. Pero a veces suceden los abismos, esos breves retazos de tiempo en que la vida se hace blanda y difusa, desértica, vacía. Sin embargo, tu abrazo de ayer, tu sonrisa todo el tiempo, el lío que montaste, tu mirada encendida, permanecen aún (y quedarán) en mi recuerdo, y a ellas voy (iré) cuando un leve vaivén de azul desasosiego se atreve a hacer temblar con sus negros aullidos mi presente.


Te lo dije: hay una luz ahí, dentro de ti, y qué luz. La misma que destilas cuando escribes, cuando pones palabras en el folio. Se nota que te gusta, que dedicas mucho tiempo a trabajar los textos. Pero también que tienes facilidad, que hay un don, y eso ni se vende ni se compra, por mucho que se trabaje. Yo creo que el reto personal en tu caso no está en mejorar la escritura. Yo creo que tu reto está en buscar una voz. Una voz que no sea exactamente la que has aprendido o escuchado en los modelos. Es una voz que forma parte de ellos, que necesariamente tiene que tener algo de ellos, pero que todavía tiene que tomar distancia. Esto no quiere decir que no tengas una mirada y una perspectiva sobre el mundo propias, que la tienes. Esto quiere decir que si ya escribes bien, que si ya lo haces bien entre esas líneas, estoy segura, completamente segura, de que mejor lo harás cuando consigas dominar otros registros. Cuando logres mezclar el tono de ese último cuento que escribiste con la cruda dureza de otros textos. Y eso es un aprendizaje que es muy fácil de decir en teoría, pero que yo aún no he logrado en la práctica. Estoy en ello. Gracias a vosotros. Celebro que tu pluma haya recuperado la movilidad, tus lectores te lo agradecemos.

Parece que te vas a caer...


martes, junio 01, 2010

Las andanzas de George y Mildred II

Hubo una vez un George que la llamaba la Reina de su palacio. Conversaban horas y horas sobre todo lo divino y lo humano. Es cierto que casi siempre con drogas de por medio. Ella siempre estaba nerviosa cuando iba a verle, y aun cuando no fumaba habitualmente, a su lado fumaba un cigarrillo tras otro porque no sabía que hacer con las manos que se retorcían nerviosas de pensar lo que él vería al mirarla. Y su mente, su mente siempre tan curiosa. Iban juntos al concierto o al teatro. Ambos se querían y compartían su amor como el más delicioso de los secretos. Lo paladeaban, les llenaba de vida y de una nueva alegría de vivir. Aunque el alma de él seguía siendo inescrutable para ella, no era tan lista como se creía.

Pero un día, no se sabe cómo ni porqué las cosas cambiaron. Quizás fue cuando él consolidó su relación con otra chica o quizás cuando se malentendieron y ella confundió una pregunta seria con una de sus múltiples bromas, o puede que fuera porque ella cayó enferma y él se sentía sobrepasado. Sea como fuere, todo cambió. En lugar de hablar en los sofás, él encendía la televisión y se dedicaba a zapear sin preguntarle siquiera a ella qué le apetecía hacer. Apenas hacían nada juntos, ni siquiera el amor. Siempre se estropeaba. Ella ahora le necesitaba y George estaba cada vez más y más lejos. ¿Y qué era lo que él necesitaba? ¿Despejar su mente de los pájaros de ella? ¿Había llegado el momento del fin? ¿No iban a estar George y Mildred juntos para siempre? Como amigos, como amantes, como hermanos, como lo que fuera que fuesen. ¿Qué era lo que ocurría?

L'amor és la més carnal de les il·lusions


"Nosaltres no podem estimar, fill. L'amor és la més carnal de les il·lusions. Estimar és posseir, fixa-t'hi. ¿I què posseeix el qui estima? ¿El cos? Per posseir-lo fóra necessari fer-ne nostra la matèria, menjar-lo, incloure'l en nosaltres...I aquesta impossibilitat fóra temporal, perquè el nostre propi cos passa i es transforma, perquè nosaltres no posseïm el nostre cos (en posseïm només la nostra sensació), i perquè, un cop posseït aquest cos estimat, esdevindria nostre, deixaria de ser un altre, i l'amor, amb la desaparició de l'altre ésser, desapareixeria..."


F. Pessoa, Llibre del desassossec

martes, mayo 25, 2010

Podría Estar más Sola

HannahStarkey
Sin título 1998

Podría estar más sola sin mi Soledad,
tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,
podría interrumpir en la oscuridad
y llenar los vacíos del pequeño cuarto,
demasiado exiguo en su medida
para contener el sacramento de él,
no estoy habituada a la esperanza,
podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento,
sería más fácil fallecer con la tierra a la vista,
que conquistar mi azul península,
perecer de deleite.

Emily Dickinson

domingo, mayo 02, 2010

Los médicos hablan

Dobupal Retard duplica los efectos de la cocaína y resto de drogas. Los efectos de semejante combinación pueden ser esquizofrenia, delirios, infarto de miocardio e infarto cerebral.

Nunca más, nunca más, nunca más, nunca más...

Otro acceso a lo no cotidiano

Gotan Project Tango 3.0 - Rayuela

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua."

Julio Cortázar - Rayuela Capítulo 7

lunes, abril 26, 2010

Química

Me cuesta respirar, estoy asustada. Podría ir al médico mañana y explicarle que los antidepresivos no son suficientes, que la ansiedad sigue enseñoreándose de mi cuerpo, que estoy tan nerviosa que apenas puedo mantenerme en la silla. Puedo decirle que me abrazo a mi misma mientras tengo un nudo en la garganta, que siete años después de dejarlo fumo un cigarrillo tras otro. ¿Pero qué voy a conseguir en la consulta: alprazolam? Vía directa a la autodestrucción, no puedo controlar las benzodiazepinas. Tengo ganas de romperme en lágrimas, ¿qué maldita frustración es la que supura mi piel? ¿Son tan sólo la dopamina y la serotonina desequilibradas? ¿Sólo he de encontrar la dosis justa y mi mundo volverá a verse estable? ¿Han sido estos años de tristeza el mero producto de un desajuste químico unido a una mentalidad soñadora y con propensión a la melancolía? ¿Quién soy yo entonces?

Endormie

Endormie
Roman Zaslonov 19..
La respiración es más entrecortada de lo normal. El estómago se me ha cerrado en un nudo. Tengo ganas de llorar. Me he hecho una taza de té dispuesta a enfrentarme a la mañana con optimismo, es un día hermoso. Pienso en lo que diría mi niña, mi Clara, mi fe. Me hablaría de lo afortunada que soy, me diría que me duchara, me vistiera y saliera al exterior, que cerrara los ojos y respirara hondo, que sintiera la vida bullendo a mi alrededor. Hoy en el jardín de las hadas sólo existe el sol, el piar de los pájaros y el ladrido de mis pequeñas. A lo lejos se oye un martillo que golpea la madera. Es un sonido agradable, de futuro. Hago lo que me diría mi pececito: ordeno la casa a mi alrededor, ordeno los pensamientos en mi interior, me pongo perfume y un poco de brillo en los labios. Me miro en el espejo y me veo guapa, pero cuando vengo a darme cuenta estoy aguantando la respiración y mi pecho apenas tiene fuerzas para llenar los pulmones. La sangre parece haberse espesado dentro de mí. Se ha convertido en tristeza. Pienso en cortar mi cuerpo y sacar de él ese líquido tumefacto y transparente que otrora fuera sangre. Cortes en las muñecas. La tristeza fuera de mí como si de un veneno se tratara, limpiar mi alma por dentro y por fuera, dejarla reluciente y sin miedos. Salgo al jardín y los pájaros no están en mi cabeza, están a mi alrededor y les oigo piar. Levanto mi pelo y lo dejo caer sobre mis hombros, limpio y brillante. Suenan las canciones de Nacho y bailoteo en la hierba con el cuerpo laxo y desmadejado por efecto del hachís. Pienso en la ardilla que acabo de ver en el árbol y me pregunto si no será el conejo blanco que debo perseguir para entrar en el País de las Maravillas. ¿Por qué el agujero de entrada no estará a ras de suelo? ¿Por qué es más difícil para mí? Quizás yo sí perdí mi muchedad. Pero no lo creo. Pienso en el relato de Mia Couto, en la india inmensa que se consumió de amor. Pero cuando hay demasiada gente en la habitación, nadie quiere hablar de amor. Los dedos no me responden bien sobre el teclado. Respiro hondo. Cuando hay tantas vidas dentro de mí, también debe haber muertes. Muertes para renacer, para tomar impulso, para volver a empezar. Pienso en el cocodrilo Ovidio y en la ballena Filomena, sonrío, la energía recorre mi cuerpo, el optimismo lo invade. Todo va a salir bien, lo sé, al final las cosas siempre salen bien.

lunes, abril 12, 2010

Todas las muertes son tristes

Pretty Little Dead Girl
Nicole Ferrara 2009

Todas las muertes son tristes, pero la de las mujeres jóvenes me resulta más patética todavía. Patética en su sentido literal, en su esencia, la muerte de las mujeres jóvenes siempre ha removido en mi interior una melancolía vehemente, una ausencia, aún más vacía por su absurdidad. Pero morí sintiéndome feliz, y feliz continúo muerta. Cuando es una la muerta no caben lamentaciones inútiles.

El laberinto

La mujer espera en el laberinto. En un lecho inmenso, cuadrado, con un dosel de gasas que tiemblan y susurran por corrientes misteriosas que lamen los pasadizos. Las antorchas hace tiempo que chisporrotean en las paredes de piedra. La mujer espera, acostada en esa cama gigantesca. En su mente, se entrecruzan las imágenes de la bestia, el increíble hombre toro que en algún lugar está cerca. Gime e imagina las manos cuadradas del hombre, inmensas, capaces de abarcar su rostro, sus pechos, su aliento en un solo gesto, capaces de hacerle temblar de deseo, de sed de él. El muslo de ella es más blanco en contraste con la velluda piel de él, muslo contra muslo, él en su interior, penetrándola, derramándose en ella, vertiéndose en el interior de su sexualidad, mezclando las esencias. La mujer espera y gime en la oscuridad.

sábado, marzo 27, 2010

Diagnóstico: Distimia.

Remito para apoyo psicológico a paciente con antecedentes desde hace años, en tratamiento psicológico también desde hace tiempo. Actualmente la paciente no puede por motivos económicos acudir a su terapeuta habitual. La paciente somatiza la ansiedad con un cuadro de dolor precordial que ha sido estudiado y descartada patología cardiaca. Actualmente en tratamiento con Trankimazin encuentra mejoría. Inicio tratamiento con Dobupal Retard de 75 mg.

Gracias. Un saludo.

Finalizando la consulta la paciente me comenta que en tres ocasiones se ha producido "abuso" de Benzodiazepinas que han requerido ingreso. La paciente insiste que no tenía ideas autolíticas.

lunes, marzo 15, 2010

Las andanzas de George y Mildred I

Chico encuentra chica
Lambert Kriedemann


Estas son las andanzas de George y Mildred. Claro que es un cuento que nunca he contado y puede que al traducir aquellos hechos a palabras, el relato resultante no sea del agrado de ninguno de los dos. Pero probablemente la historia de George no sea la misma que la de Mildred, ya saben que las cosas no son ni de una manera ni de otra sino como nos las contamos, pero lo bueno del caso es que eso ellos lo saben y aún a sabiendas de que parten de sus respectivas individualidades, son capaces de atravesar alambradas de susceptibilidades, barrios de peleas y solares de pensamientos yermos, para alcanzar un territorio común, su ciudad secreta, el lugar donde pueden darse las historias de George y Mildred.

Podría empezar por el principio de las cosas, su primer encuentro en una cena de cumpleaños. Pero en aquel restaurante del casco viejo, ella no llegó a verle y él, atento a cada movimiento de los engranajes del mundo a su alrededor, apenas le había lanzado una de sus miradas brillantes. O quizás podría empezar unas horas más tarde, cuando él se metió bajo su vestido, pero como había llegado su cabeza ahí, ella no lo recuerda bien y ni siquiera entonces él era George ni ella Mildred. Eran dos desconocidos estudiando un adversario, mirándose con sorpresa, reconociendo un igual, y entonces, sin saber muy bien cómo ni por qué, se dieron sus primeros nombres. Y aunque ese pudiera ser un buen comienzo de cuento, el del Pequeño Yonki y su Aprendiz, me gusta más la parte en que ellos dos ya son ellos mismos el uno para el otro, es decir George y Mildred, y como he de ser yo la que desenrede la madeja de esta historia, empezaré a estirar el hilo de una noche en la ciudad, que es un buen principio, tan válido como cualquier otro.

Una noche en la ciudad. La discoteca está atestada y el calor es insoportable. Al entrar en el baño las sandalias de ella chapotean en orines recalentados. Es el baño de los hombres, pero Mildred ha seguido a sus amigos a través del mar de sudor y cuerpos apelmazados para meterse en uno de los retretes y hacerse un par de rayas. Le apetecía la droga pero aunque no hubiera sido así, les hubiera seguido de todos modos hasta aquel baño maloliente. No se quería quedar sola bajo ningún concepto, con gente que trataría de hablarle por amabilidad y la violentarían aún más al enfrentarla a la frustración de no verse capaz de darles la réplica aguda y desinhibida que la ocasión requería. No, sola en medio de esa masa opresiva con aquellos desconocidos ni de coña, así que les había seguido a aquel baño viscoso sin dudarlo, sobre todo a George. Sólo se sentía segura a su lado y de algún modo vago se había hecho el propósito de convertirse en su sombra y andaba tras él toda la noche como un perrillo abandonado.

Pero ya he vuelto a perder el hilo, ¿dónde estaba?, ah sí, en aquel baño. Hace demasiado calor y el alcohol oprime las sienes de Mildred. Se moja la cara y las muñecas al salir, pero sigue agobiada y perdida. La música no es música sino ruido que impide las conversaciones, no es que impida hablar, es que no le permite pensar y Mildred no sabe qué hacer. No se encuentra capaz de bailar ese ritmo, ni se le ocurre nada interesante qué decir. Se siente fuera de lugar y sus pensamientos pivotan sobre sí mismos, rebotan una y otra vez en la misma pregunta: ¿Qué coño hago yo aquí? ¿Por qué no me voy a casa? Pero aunque no sabe o no quiere contestarse el por qué, quien sea capaz de decirse siempre la verdad que tire la primera piedra, no quiere marcharse del todo, así que, cuando no puede más, opta por una opción intermedia y corre a refugiarse en el exterior.

Fuera la noche está detenida y el mundo vuelve a la realidad de la duermevela. El mismo aire que limpia los pulmones de Mildred del humo enrarecido de la discoteca limpia su mirada de sombras. Con la mente más lúcida es capaz de bifurcar su pensamiento en la fauna noctámbula que vagabundea por allí y al mismo tiempo preguntarse muy en serio por qué se esfuerza en aguantar despierta en ese local atestado en lugar de marcharse a su casa. Y es justo entonces, cuando el motivo que la ha anclado hasta esa hora de la noche sale de la discoteca, camina hacia ella y se queda mirándola con una sonrisa en los ojos.

martes, marzo 09, 2010

ENTREVISTA A HELEN FISHER, antropólga y especialista en el amor romántico.

Sus hombres no tenían rostro
David Seltzer 1989

“El amor romántico es una droga adictiva”. ¿Cómo puede controlarse esta adicción?
Efectivamente, tiene todos los síntomas: a medida que el tiempo pasa, uno quiere más y más de la persona deseada. Además, es una adicción muy difícil de controlar. Creo que la mejor forma de hacerlo es afrontarlo como una sustancia adictiva. Cuando alguien ha sido rechazado, lo mejor es deshacerse de todo lo que le recuerde a esta persona, no llamarla ni contactarla nunca más, salir y hacer cosas que le distraigan. Eventualmente, la química cerebral del amor romántico irá amainando, tal y como sucede con el síndrome de cualquier adicción.


¿Amamos inconscientemente al otro por lo que tiene de nosotros mismos o por lo que nos diferencia?
Amamos por tantos cientos de razones diferentes... Pero la mayoría de las personas ansían una unión emocional con su amado; normalmente, esa separación emocional, física o espiritual con la persona que aman no es deseable.

¿Cómo se configura en una persona el mapa inconsciente del amor, ese patrón que marcará nuestras relaciones amorosas de por vida?
Cuando crecemos, inconscientemente empiezan a gustarnos y disgustarnos determinadas cosas, incorporamos valores específicos, ideas y principios. Configuramos nuestro gusto. De la misma manera, construimos inconscientemente un mapa del amor que funciona como un conjunto de rasgos que buscaremos en nuestra pareja.

¿Es posible amar a dos personas a la vez?
Creo que es muy posible sentir un profundo apego por una pareja con la que uno lleva mucho tiempo, y a la vez estar locamente apasionado por un amor romántico hacia otra persona distinta, y además sentirse atraído sexualmente por otros individuos. Estos tres sistemas cerebrales (lujuria, amor romántico y apego) no están bien conectados a nivel cerebral. Pero lo que sí creo que es imposible es sentirse locamente apasionado por un amor romántico hacia más de una persona al mismo tiempo. El amor romántico está asociado con la obsesión hacia una persona, y es imposible obsesionarse con dos personas a la vez.

¿Cuánto dura por término medio la pasión amorosa?
Puede durar la vida entera si existe una barrera real en su relación, tal como que uno de los dos esté casado con otra persona diferente, o que los dos vivan en continentes distintos, por ejemplo. Pero los estudios de amantes que comparten la vida diaria demuestra que el amor romántico no dura más que entre 18 meses y tres años.Sostiene que es posible mantener viva la llama del éxtasis romántico en pareja de larga duración.
¿Podría apuntar alguna receta?
Sí, creo que sí puede mantenerse vivo el romance. Lo más importante es hacer juntos cosas novedosas, que sean excitantes, llamativas, nuevas e incluso ligeramente peligrosas. Estas novedades excitantes elevan los niveles de dopamina en el cerebro y son capaces de estimular los sentimientos de romance. Por esto se explica que las vacaciones puedan resultar tan románticas.

lunes, febrero 22, 2010

Suicida compulsiva.

http://www.youtube.com/watch?v=eQscy8gah0I

Soy la suicida compulsiva
que te llama deprimida:::::::
Y se pregunta si otra vez
la vendrás a rescatar, ha ha ha

Soy la suicida compulsiva
que se inventa cada día
un nuevo drama que contar
(para hacerse de notar), ha ha ha

Me gustan las cuchillas, los yogures caducados.
No temo a las alturas ni a los hombres perturbados:::
Y cuando me acompañas en mis noches de hospital
tras golpes y palizas, resucito una vez más.

Soy la suicida compulsiva
que te quiere y necesita,
siempre enferma, siempre mal,
(creo que voy a vomitar:::)

Soy la suicida compulsiva
que no encuentra otra salida
para sentirse especial
(y que me vengas a buscar).

Me gustan los relatos sobre cámaras de gas
en los campos de exterminio de la operación Reinhard.
Trago cientos de orfidales con copitas de coñac,
ya me han hecho diez lavados y no logro escarmentar.

Me gustan las cuchillas, los yogures caducados.
No temo a las alturas ni a los hombres perturbados:::
Y cuando me acompañas en mis noches de hospital,
tras golpes y palizas, resucito una vez más.

Ana Elena Pena - Café de La Palma

martes, febrero 09, 2010

Tratemos de entender...

La ansiedad es un sentimiento de recelo o de miedo. La fuente de este desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo cual puede aumentar la angustia que uno siente.

Muchas personas confunden estos trastornos y piensan que los individuos deberían sobreponerse a los síntomas usando tan sólo la fuerza de voluntad. El querer que los síntomas desaparezcan no da resultado, pero hay tratamientos que pueden ayudarlo.

El Trastorno de Ansiedad Generalizada son preocupación y tensión crónicas aún cuando nada parece provocarlas. Significa anticipar siempre un desastre, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. El simple hecho de pensar en pasar el día provoca ansiedad.

domingo, febrero 07, 2010

El deseo de la muerte.

Wonderland
Adelaide Claxton 1860

Hoy he vuelto a sentir el deseo de muerte. He parado el coche al llegar a casa pero no he bajado. La llave en el contacto y la música más y más alta, sus palabras llenándome por completo, tomando posesión de mi sangre. Y ahí lo he sentido. Dejarme llevar, abandonarme a la oscuridad, irme sin decir adiós. Como quien se abandona al orgasmo y deja que su cuerpo y su mente sean tomados por fuerzas que van más allá de uno mismo. Y en ese momento no me sentía sola, era el reencuentro con mi propio yo, la pequeña que sólo quería que alguien la quisiera. Como si ella pudiera ser mi propia interlocutora, mi propia amiga, como si yo ahora pudiera abrazarla y decirle "no te preocupes, pequeña, yo te quiero, yo te voy a cuidar, no estás sola", como si pudierámos consolarnos la una a la otra. Y luego he llorado, como ahora lloro, y las lágrimas quemaban más que otras veces. He entrado en la casa, y he vuelto a poner la música a todo volumen. Ahora suena Ocho y medio. Estoy sola y pienso en ello, en irme. Me gustaría hacerlo escuchando a Nacho, sus canciones y las pastillas disolviendo el sueño en mi sangre, depositándolo detrás de los párpados, en los ventrículos del corazón. El sueño engarzándose en mis dedos, ralentizando los movimientos, girando en mis pulmones. Nadie lo entendería, no encontrarán razones y me acusarán de egoísmo. Supongo que con razón. Pero el momento es mío, no me lo pueden quitar, esto es mío, esta sensación de paz, la pequeña por fin sintiéndose segura y querida en mis propios brazos. El calor de su cuerpecito calma el dolor de mi pecho y pienso en flotar, en dejarme llevar a la biblioteca mágica, aquel lugar en el que todo es posible. Y no estaremos ni muertas ni vivas, estaremos juntas rodeadas de libros. Y quizás haya una puertecita de madera escondida en el rincón más oscuro y jugaremos a aventurarnos a otros mundos, como Alicia al otro lado del espejo, como los niños que llegan a Narnia a través del armario. Y cuando aquí haya quien tome calmantes para asistir a un funeral mediocre, mi pequeña y yo estaremos juntas en un lugar donde la luz es dorada y ya no tenemos miedo, frío ni soledad.

lunes, enero 18, 2010

La chica enferma o la táctica del avestruz.


La chica enferma
Michael Ancher 1882

Me duele el pecho. Me pongo las manos para calmarlo, pero el dolor sigue ahí. Pienso en ir al médico pero me siento ridícula y me avergüenzo de mi falta de control. Pienso y pienso, pero tropiezo enrededada en mis propios pensamientos. Pienso que debo dejar marchar la angustia, pero al mismo tiempo pienso que debo esforzarme más, encontrar una salida. Pienso. Ratón ciego en un laberinto, ratón con dolor en el pecho. ¿Pero puede pensar un ratón? ¿Puede encontrar una luz? Quizás son sólo los doce segundos de oscuridad. Doce segundos y luego el haz de luz del faro te deslumbra. Ha de haber oscuridad para entender la luz. ¿Pero de qué oscuridad hablo? Es una mala racha, es cierto, pero no tan mala, las cosas pueden cambiar, pueden, y lo harán. Pero no haga nada por cambiarlas, no sé que hacer, dejo mi destino a la suerte y espero.


De nuevo escondo la cabeza bajo tierra. Como una estúpida espero que las cosas cambien por sí mismas, mágicamente. Me escondo y silencio el teléfono, veo las llamadas de mis amigos y no respondo. Envío un mensaje a mis padres para que no me esperen a comer. No quiero ver a nadie, sólo a él, los dos escondidos en el paraíso mientras trato de calmar el dolor del pecho y actualizo compulsivamente la bandeja de entrada de mi correo electrónico.


Y está ese otro problema. Tampoco consigo solucionarlo. Redacto mentalmente una carta de despedida, pero no me la acabo de creer. Me cuento cuentos... necesitada de cariño, frustrada y asustada me he contado un cuento y ahora no se me ocurre un buen final. He inventado una película, he corrido riesgos en busca de nuevas emociones, convirtiendo un cariño en una huida hacia delante.


Duele, duele, me duele el pecho. Y me siento estúpida por ese dolor, por el fracaso, nunca contenta con mi suerte, pero sin la fuerza y el valor para cambiarla. Pero yo era feliz... ¿ya no lo soy? ¿no lo soy o es un mero cuento de miedo que me estoy contando para sentir ese escalofrío? ¿El frío en la espalda? ¿el miedo? Sentir, sentir algo... para saber que estoy viva. Hacerme protagonista de mi propia telenovela. Sí, me temo que sí... ¿tan aburrida estoy, tan frustrada, tan asustada? Sí, me temo que sí. Pues se ha acabado la función, encendamos las luces, parpadeemos un poco para acostumbrar los ojos al mundo de fuera y salgamos de la sala.


Pero si es una película, ¿por qué me duele tanto el pecho? La opresión es real, duele de verdad. ¿Por qué?


- No te hagas tantas preguntas, yo no me las hago.

- Lo siento, no puedo evitarlo. Estoy enferma.

- ¿Es ese un nuevo cuento? ¿Otra película?

- ...

sábado, enero 16, 2010

Viceversa.

Alfred Stevens
El baño 1967

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.


Mario Benedetti

miércoles, enero 06, 2010

Pienso en ti como lluvia.

Dérrière Love
1994 Jeanloup Sieff




Pienso en ti como
lluvia y en mí como tierra seca desgarrada
bajo un cielo sin nubes.

Kalamu Ya Salaam, Haiku 107