viernes, junio 30, 2006

Jugando a los haikus.

Ariadna
John W. Waterhouse 1898

acaricia mi piel
no seas tímido

dulce viento

Muerde la carne, desgarra el alma, hazme el amor.
silencio de almohada
la ventana està abierta
la cama vacía
No están hechas las manos para acariciar la nada.
arde la piel
hielo en el corazón

¿dónde estás?
Si el Universo es infinito, ¿por qué no iba a estar su centro en tu pecho?
canta la chicharra
el laberinto está vacío
jamás vino Teseo
Ariadna se pregunta qué hacer ahora con todo ese hilo.
Hijo de puta de Teseo.

martes, junio 27, 2006

De pronto.

Mañana de boda
John Henry Frederick Bacon 1892


Hoy un hombre me ha pedido que me casara con él.

Así sin más, mi primera y única propuesta de matrimonio. Pensaba hacer un poco de broma con la cuestión, pero mientras conducía camino de casa de pronto ha dejado de apetecerme. Le quiero y le respeto demasiado como para hacer chiste, aunque probablemente él sería el primero en bromear.

Pero no, no me apetece hacerlo.


La boda
Marc Chagall 1918


De pronto me pesan mis treinta años. De pronto me pesa el fracaso con el único hombre al que le he pedido la mano una y mil veces. De pronto me pesa mi cuerpo que lleva fecha de caducidad para ser madre. De pronto me pesa esta soledad que me hace daño en la garganta y me hace llorar aunque no quiero. De pronto me pesa la noche espesa, más espesa aún cuando no se comparte.

De pronto, estoy cansada. Pero claro, he dicho no.

domingo, junio 25, 2006

La Bella Durmiente.

La Bella Durmiente
Edward Burne-Jones 1873


En fín, hacía cuatro horas que hablaban y no habían conversado ni la mitad de las cosas que tenían que decirse.

La Bella Durmiente.
Charles Perrault

Charles Perrault no inventó La Bella Durmiente, sino que recogió una historia tradicional y la adaptó al público infantil. Las versiones del cuento que en ese momento circulaban por Europa no eran "adecuadas" para que papá las leyera a sus retoños ante el fuego del hogar. Por ejemplo, una de las primeras versiones del cuento recogida en 1636 por Giambattista Basile en una colección titulada "Pentamerone" tenía la siguiente trama:

Unos sabios advierten al Rey de que su hija, Talía, corre el riesgo de pincharse con una aguja envenenada. A pesar de las precauciones Talía se pincha con una rueca y cae en un sueño profundo. El rey agobiado por la pena deja el cuerpo de su hija en el bosque y abandona el lugar.

Un día un príncipe que pasaba por alli....

Hasta aqui las dos versiones coinciden, en la de Perrault el principe besará a la princesa y romperá el hechizo. En la de Basile las cosas suceden de otro modo.

El principe que en la versión actual se contenta con un beso, en la original viola a la durmiente y se marcha. A los 9 meses Talía da a luz a los gemelos Sol y Luna pero no despierta de su sueño y los niños son cuidados por las hadas. Un día Sol chupa el dedo de la madre, extrae la astilla envenenada y por fin Talía abre los ojos.

El príncipe vuelve a pasar por allí, (ya sabemos a lo que iba) y al encontrarla despierta le confiesa que él es el padre de los niños, de ese modo los dos viven felices.... durante una semana. Al príncipe se le había olvidado decirle que estaba casado. Una semanita de carantoñas y de nuevo regresa al hogar conyugal (¿por qué será que esto me suena?).

La mujer del príncipe es malísima y al enterarse de su historia con Talía manda apresar a los niños y a la rompehogares, y pide al cocinero que degolle a los pequeños y que con su carne prepare un sabroso guiso para su marido. Cuando el príncipe está terminando la comida la mujer le informa de los principales ingredientes de tan apetitoso plato. El príncipe se apena muchísimo, pero no hay motivo para ello porque el cocinero había sustituido a los niños por una cabra y ellos están a salvo. Enfadada la esposa legal del príncipe decide hacerle pasar un mal rato a Talía, que ya ves que culpa tiene de nada, e intenta quemarla viva en una hoguera, pero el príncipe la rescata... y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Esto no es lo que contaba Disney, ¿verdad?

Encontrado en http://www.xente.mundo-r.com/diretes/

sábado, junio 24, 2006

Amanece.

Amanece. En casa me recibe el sonido de los pájaros. Da un poco de pena cerrar las persianas para crear una oscuridad artificial en la que adormecerme, pero necesito dormir. Dormir, descansar y soñar.

No sé aún que será de este fin de semana, pero mis amigos estarán a mi lado. Buenas noches. Buenos días.

jueves, junio 22, 2006

Los durmientes sin sueño.

Soñadoras
Albert Joseph Moore 1850


“yo le he traicionado y he traicionado al mundo por ella,
por esa niña que de vida en vida reencuentro,
la durmiente sin sueño,
la guía del fin −¡oh mi muerte!”
RENÉ DAUMAL

Cabeza de Ofelia
John Everett Millais 1851



Lanzad una bengala
en la noche de mis ojos.

Dentro de mí sólo hay una esfinge hueca,
corales de ceniza, perlas oscuras
como el agujero negro hacia el que se precipitan
las águilas talladas en la piedra de mi infancia.

Lejanos están la luz y los cristales húmedos
que presenciaron la pureza, el hallazgo,
el estallido del labio contra la piel volcánica.

Lanzad una bengala
en la noche de mis ojos
y descubriréis las cavidades
en las que el viento es pantera.

Pero nunca veréis los peces oscuros,
las constelaciones desmoronadas
que nadan lentamente
en las profundidades ignoradas de mi noche.

Noé Ortega
Los durmientes sin sueño (fragmento)


Gracias Noé.

Aullar.

Ser un lobo y aullar. Aullar, aullar, aullar. Arañarme las entrañas, sajarme entera. Arrancarme el corazón del pecho y devorarlo. Mordiscos incandescentes en la llaga viva. La locura nos invade. Y esta noche no hay drogas que adormezcan la conciencia; ni besos, ni abrazos, ni risas cómplices, ni gritos de placer. Morder el puño, arañar tu espalda, mojar las sábanas.

Dime cómo fue. ¿Dolió?

Duele amor, duele, claro que duele, duele tanto que no puedo respirar. Duele amor, duele.
¿Quién eres?

Y uno fue cobarde y ese hombre no te quiere.

...

Descansa pequeña, descansa, todo irá bien.

martes, junio 20, 2006

Me importa un pito.


No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos
como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de
papel de lija. Le doy importancia igual a cero, al hecho de
que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento
insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz
que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar
¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Oliverio Girondo
Espantapájaros 1932

lunes, junio 19, 2006

¿Por qué no se suicida usted?

Friedrich Nietzsche
Edvard Munch 1906


Decía Nietzsche que quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo. Una vez me hicieron escribir una lista con razones por las cuales valía la pena vivir. Como diría Viktor Frankl: ¿Por qué no se suicida usted?

Sin pensar, lo primero que respondí era algo así como: porque creo en el futuro, porque tengo esperanza, porque sueño con volver a amar como amé. Pero no estoy segura de que fuera la respuesta correcta. De hecho, estoy segura de que no había respuesta correcta. A otros serán sus hijos los que le atan a la vida, un talento, la família... El vacío existencial está más extendido de lo que creemos. En una época y un lugar donde no existen ni patria ni religión, donde no hay dioses ni magia ni misterio, donde no hay más objetivos que los mundanos, donde la solidaridad es un palabra prostituida, todos andamos un poco necesitados de sentido, de porqué, para qué.

Hoy a la lista añadiría que el mundo es hermoso y estar vivos un regalo. Tocar, sentir, amar..., mi gente, mi raiz y mis sueños son motivos para vivir. ¿Entonces por qué es tan fácil perderse y caer en la oscuridad?

El sábado, en una carretera con curvas el viento me besaba el rostro y me dibujaba sonrisas; con los pies en el agua, desde una roca c
ontemplaba un río y los árboles susurraban. Y ese hombre me gustaba y el perro me hacía reir. Pero sin saber cómo las cosas se torcieron, y se torcieron un poco más. (Es esa maldita semilla oscura que aún no sé como limpiar). Y me marché del río con una manchita de oscuridad que fue creciendo y creciendo y me hizo equivocarme. Y me volví a marchar, enfadada y triste, devorada por una oscuridad que fuí alimentando a lo largo de la noche con polvo y alcohol. Demasiado polvo y demasiado alcohol. Y oía las palabras y hablaba, pero allí no estaba yo. Y a la gente que apreciaba trataba de explicarles que les echaría de menos pero me daba cuenta de que no lo hacía bien. Y la noche acabó, salió el sol y volví a encontrarme sóla, con los pies en el agua y un agujero donde suelo tener el corazón.

Hoy, la gente a la que quiero y que me quiere me han devuelto la fuerza y la luz. Y ni siquiera se han dado cuenta. A veces nos perdemos, pero si tenemos un porqué podemos encontrar el camino de vuelta.

jueves, junio 15, 2006

Para tí, mi niña, porque sabes cuanto te quiero...


Oh, gavina voladora que voltejes sobre el mar, i al pas del vent mar enfora vas voltant fins arribar a la platja solejada platja de dolços records, on dia i nit i fa estada la nina del meus amors.

Quan la vegis sola prop la quieta onada, don-li la besada que li envio més fervent. Digues-li que sento dolça melangia, i que en ella penso en tot moment.

Oh, si igual que tu gavina la mar pogués travessar, fins arribar a la platja, on tan dolç és recordar i veure la imatge bruna en el seu bell despertar de la nina que entre somnis és tan grat d'acariciar.

Quan la vegis sola prop la quieta onada, don-li la besada que li envio més fervent. Digues-li que sento dolça melangia, i que en ella penso en tot moment.

Brindis.

El mundo es un lugar hermoso cuando abrazas a un viejo amigo que regresa a casa. Hoy he ido a recogerle al aeropuerto y tras tanto cambio en estas últimas semanas volver a verle me ha esponjado el corazón.

Un brindis por la gente querida. Por los amigos; porque sin ellos, ni tan siquiera la búsqueda del sentido tendría sentido.

miércoles, junio 14, 2006

¡Que le corten la cabeza!


Egolatría obscena. Onanismo emocional exhibicionista.

¡Joder, cómo me aburro a mí misma!

Si vuelvo a escribir una sóla palabra de soledad, dolor o lágrimas, por favor que venga la Reina de Corazones y me corte la cabeza.

lunes, junio 12, 2006

Noche amiga.

Noche blanca
Edvard Munch 1901

La noche siempre ha sido mi amiga.

Tengo la misma norma desde niña: en cuanto apoyo la cabeza sobre la almohada todos mis pensamientos han ser hermosos.

Soñaba mucho. Me gustaba imaginar mil historias con finales dulces y felices. Siempre soñando con la ventana abierta. El aire fresco llenando mis pulmones y un estremecimiento en la piel al pensar en quien podía aterrizar en el alfeizar... La sombra oscura, la boca entreabierta y la niña que sin saberlo siente el roce de la voluptuosidad en la carne virgen.
De noche, en mi cama, todo estaba bien. Tenía la oscuridad para protegerme y todo el tiempo del mundo por delante antes de que llegara la mañana.

De adolescente continué dejando la ventana abierta. Me gustaba sentarme allí, apoyar mi espalda contra la estantería y fumar un cigarrillo mirando la noche. Me sentía en paz con el mundo. Todo iba a salir bien, o ¿acaso al final no sale siempre todo bien?

Estos últimos meses, en cambio, la noche había dejado de ser mi amiga. Con la llegada de la oscuridad mis fuerzas se deshilachaban y las lágrimas quemaban la piel. Y aún cuando sabía que con la llegada de la luz iba a ser fuerte de nuevo y sería capaz de ir a trabajar y dar la cara y mantenerme entera, aún sabiéndo que unas horas más tarde todo estaría bien, aquellas horas pesaban demasiado. El vacío, el absurdo de no tener por ni para qué, de no encontrar camino ni motivos para buscarlo. El cansancio de una lucha perdida antes de comenzar.

Hace poco volví a sentir parte de aquella vieja magia. El aire fresco calmando la fiebre, la luna de Mísia como un pozo de plata y la sensación de vigor y fuerza acompañando el recorrido de la sangre... "Estoy bien", dije sorprendida. Y ahora quisiera creer en Alguien a quien rezar para que esa sensación se quede conmigo y la noche vuelva a ser mi amiga.

Chun: la dificultad inicial.

El nombre del signo, Chun, representa una brizna de hierba que al brotar de la tierra se topa con un obstáculo. Es la dificultad inicial. El signo señala cómo Cielo y Tierra producen los seres individuales. Es el primer encuentro entre ambos y se ve afectado por dificultades.

La situación indica una densa, caótica plenitud. Trueno y lluvia ocupan el aire. Pero el caos va aclarándose. El movimiento, que va hacia arriba, mientras lo abismal desciende, encuentra finalmente una salida del peligro. La tensión de las fuerzas se descarga en tormenta y todas las cosas respiran con alivio.


Hay que desenredar la madeja de nuestros problemas y ordenar nuestras aspiraciones, nuestros objetivos, nuestras vidas.

Dentro de nosotros hay algo positivo que quiere salir, manifestarse, tomar forma y desarrollarse. Pero ese algo es nuevo, y por lo tanto la situación siempre presenta dificultades. Sin embargo, si perseveramos en el camino recto, si somos como esa brizna de hierba que con paciente perseverancia va apartando los obstáculos y se abre camino a través de la dura tierra, todo irá aclarándose y solucionándose.


Consulta al I-Ching.
(Extraído de El libro de las mutaciones de Wilhelm)

Gracias.
Ni ostra,
ni caballero con armadura, ni tortuga sin caparazón... sólo una brizna de hierba.

domingo, junio 11, 2006

El cristalito mágico.

Kay y Gerda en el jardín del terrado de su casa
Ilustración de Arthur Rackham para
"La Reina de las Nieves"

Atención, que vamos a empezar. Cuando hayamos llegado al final de esta parte sabremos más que ahora; pues esta historia trata de un duende perverso, uno de los peores, ¡como que era el diablo en persona! Un día estaba de muy buen humor, pues había construido un espejo dotado de una curiosa propiedad: todo lo bueno y lo bello que en él se reflejaba se encogía hasta casi desaparecer, mientras que lo inútil y feo destacaba y aún se intensificaba.

La Reina de las Nieves
Hans Christian Andersen

Así empezaba el cuento. Pero el espejo que ese duende malo había fabricado para divertirse se rompió en mil pedazos que volaron a todos los rincones del mundo. Algunos cristalitos tenían el tamaño de un grano de arena y a veces se metían dentro de la gente. Si esto ocurría, el trocito de cristal mágico se clavaba en el corazón y lo transformaba en algo parecido al hielo. Amar se convertía entonces en algo difícil y extraño, un bosque prohibido lleno de rincones oscuros que dan miedo.

Os lo puedo contar porque así fue como me ocurrió a mí.

sábado, junio 10, 2006

El hombre que casi conoció a Michi Panero.

Nacho Vegas.

Es hora de recapitular
las hostias que me ha dado el mundo.
Hoy querrán oír mi último adiós.
Bien, poco a poco van llegando y yo los recibo en batín.
Y unos me llaman chaval
y otros me dicen caballero.
Alguno no se ha querido pronunciar.


Yo una vez tuve un amor,
pero si he de ser sincero dije "no" en el altar y cuando digo no es no.
Fracasé una vez, fracasé diez mil
y aún así alzo mi copa hacia el cielo en un brindis por el hombre de hoy y por lo bien que habita el mundo.

¡Mirad, las niñas van cantando! (Niñas) Shalalaralalá ...

Y no me habléis de eternidad. No me habléis de cielos ni de infiernos más. ¿No veis que yo le rezo a un dios que me prometió que cuando esto acabe no habrá nada más? Fue bastante ya...

Nunca fui en nada el mejor,
tampoco he sido un gran amante. Más de una lo querrá atestiguar. Pero si algo hay capital, algo de veras importante, es que me voy a morir y cuando digo morir es morir. Lo he pasado bien, y casi conocí en una ocasión a Michi Panero, y es bastante más de lo que jamás soñaríais en mil vidas.

¡Mirad, las niñas van cantando! (Niñas) Shalalaralalá ...

Dejadme preguntar: ¿Es esto el final? Y si es así, decid: ¿Me vais a extrañar? ¡Veo que asentís pero yo sé que no! Qué lástima, no dejaré nadie a quien transmitir mi sabia; consideré insensato procrear. Y diréis de mí que soy un viejo verde y cascarrabias, y diréis muy bien, y cuando digo bien es bien.

¡Largo ya de aquí! ¿Qué queréis de mí?
¿Es mi alma o es mi dinero? Si de uno carezco y la otra es una anomalía en esta vida.

¡Mirad, las niñas van cantando!
(Niñas) Shalalaralalá ... (Muy bien niñas)

¡Y unos me llaman chaval, y otros me dicen caballero! ¡Alguno no se ha querido pronunciar! ¡Yo una vez tuve un gran amor, pero si he de ser sincero dije "no" en el altar, y cuando digo no quiero decir que no! He bebido bien, y casi conocí en una ocasión a Michi Panero, y ahora brindo en paz por la humanidad y por lo bien que habita el mundo. ¡Escuchad, os lo diré cantando! (Viejo) Shalalaralalá ...

Hasta nun ... ca ...

lunes, junio 05, 2006

Arcanos.

Musaeum Hermeticum, 1678.
Aguardan los Arcanos desde mucho antes que llegara el hombre y les diera forma. Su sabiduría se perdió en algún rincón del tiempo y el espacio, en un antes o un después de la piedra y el fuego, de la tierra y el metal. La madera viva los acerca al umbral de nuestra consciencia, pero sus formas no son ni órganicas ni geómetricas, pues son ambas y ninguna, más allá de ellas mismas. Me pregunto qué piensa el hombre cuando mira esas formas surgidas a través de sus manos. Las puertas y los vórtices de luz, totems canalizadores de energías que giran o se disuelven. Y el alma late, pero es tan lento ese latir que no lo percibe el ojo humano.

Miro y callo. Me faltan manos para tocar, ojos para mirar, tiempo para aprehender. Demasiados estímulos a la vez se confunden y me aturullan. Su carne suave huele a canela. Las palabras tiran de mi raiz y arrastran nuevas palabras que dan forma a pensamientos. Los objetos gritan y reclaman atención. Los Arcanos callan. Y yo, mareada, sólo pido tiempo, tiempo y capacidad para saber leer estas letras que nadie me había enseñado.

Quiero sol. Quiero tierra y árbol, piedra y agua que corre, agua que no se estanque. Quiero piel morena. Cerrar los ojos. Sentir sangre y savia latiendo a un tiempo. Estar viva.

domingo, junio 04, 2006

Niñas bonitas.

Cuando cierras la puerta y nadie mira se hace el silencio en el taller. Mientras te alejas con algún pensamiento enojoso prendido en la conciencia, el polvo se asienta lentamente sobre los objectos. Un haz de luz indiscreta señala lo primero que le viene en gana, sin criterio ni valor, sólo por la coquetería de hacerse mostrar. Los objetos aguardan callados donde tú los has dejado. Si hicieras el experimento, y de pronto un día, sin cómo ni por qué, abrieras la puerta de golpe, no los pillarías en falta. De lo más pequeño a lo más grande, todo permanecerá inmóvil ante tu escrutinio. Está bien, cierra la puerta de nuevo, llama al perro, aléjate pensando en aquello que te preocupaba. Ahora...

El ensayo
Edgar Degas 1873 - 78

Un leve murmullo, no más que un ligero, ligerísimo, bisbiseo despierta a la piedra de sus sesudas reflexiones. Son ellas. Como siempre son ellas, las locas y encantadoras chiquillas que no pueden estarse quietas un sólo momento. Adorables y bobas, las niñas bonitas del taller empiezan a bostezar. Shhhh, acércate conmigo, ven, vamos a verlas. Ahí están. Desentumecen sus gráciles miembros de madera y ejecutan con una sonrisa pequeños movimientos en el aire. Pasos de danzas inventadas, giros y saltos, curvas y puntas. Una de ellas me ha guiñado un ojo y me ha hecho sonreir hoy. Pero he callado y he guardado su secreto. Cuando sea pequeña, me esconderé en un rincón, me taparé con una tela y las veré danzar toda la noche.

sábado, junio 03, 2006

CIta a ciegas.

Era martes, una cita a ciegas en el centro de la ciudad. Dos jóvenes que sólo han intercambiado unos pocos correos han quedado para cenar. Ella está nerviosa y mientras le espera pide un gin tonic. No sabe qué hacer con sus manos y su falda. Cuando él llega se otean con cuidado, es extraño hablar sin saber a quien se tiene enfrente. La batalla va a comenzar. El primer tema es el más fácil: el trabajo, pero poco a poco la conversación se va desarrollando con más brillo. Todo es muy fácil. A ella le gusta este muchacho inteligente y reservado, le gusta como le brillan los ojos, su hablar pausado.

Nighthawks
Edward Hopper 1942


Después de la cena van sin sentirlo a tomar una copa, y otra. La conversación no se detiene, la noche tampoco. Se sonrien y se miran mucho a los ojos. Él quiere tocarle una mano, ella también pero se siente torpe. Cada nueva palabra los acerca. Sienten que no se están conociendo, sino reconociendo en el otro. Ella le dice que es su interlocutor, él sonríe. En un momento de la noche ella le pregunta a bocajarro cuantas veces ha intentado suicidarse. Inmediatamente se tapa la boca con la mano; asustada ante lo que acaba de decir balbucea unas disculpas. Él la mira y responde: dos. Se conocen. Se intuyen. Se saben.


Al día siguiente los ordenadores arden. "Quiero comprobar que no fue un sueño" A la tercera cita ella está loca por él, no ha pasado ni una semana. Qué ocurrió luego es un cuento extraño, enfermo y con demasiadas ramificaciones. Él le hizo daño porque tenía "miedo de estar enamorándose". A ella le dió igual, volvió como un animal herido, mirando de costado, pero volvió.

Sentían la intensidad y el fuego que les quemaba los espíritus atormentados, pero en su trato eran correctos, cautelosos, incluso distantes. Él era un príncipe oscuro, un personaje herido de sensibilidad y aplastado por el peso de su propia novela. No hicieron el amor y los besos no devoraban las carnes, pero querían estar cerca el uno del otro. Eran interlocutores.

Tres semanas después algo cambió y ella le llamó para decirle que no podían volver a verse. Hubo recriminaciones, reproches y explicaciones. No demasiadas, ella estaba en otra lucha que estaba perdida de antemano. Unos meses después ella quiso volver a verle. Él no contestó a sus mensajes. Aún hoy, ella a veces se acuerda de aquel joven y siente el mismo deseo de acariciarle el rostro y decirle "no estás sólo".

jueves, junio 01, 2006

El Sueño.

Antes de abrir los ojos ya siente el martilleo en el interior de su cráneo. Un golpeteo rítmico que le advierte de que algo está pasando. Y abrir los ojos no hace sino confirmar su primera intuición. Algo ha ocurrido y está acostada en un dormitorio que no es el suyo.

Es una estancia amplia y blanca, con mucha luz y un pequeño jarrón con flores frescas. No aparece abarrotada de objetos, pero cuando se acerca a mirar alguna de las piezas que la adornan, puede apreciar claramente que se trata de pequeñas obras de arte o antigüedades.

Sale a hurtadillas de esa habitación que no reconoce y baja las escaleras con cuidado, sin saber aún que es lo que le espera. El dolor de cabeza parece remitir y es en ese momento cuando se da cuenta de que ella no es más ella misma. Es una especie de versión mejorada de su propio ser. Su cuerpo es ahora delgado y fibroso; la piel suave, con un delicado color dorado. Los músculos aparecen ligeramente torneados y sus movimientos son ahora distintos, parecen más gráciles, más felinos. Ella alza sus manos y contempla unas uñas cuidadas y perfectas, con manchas de bolígrafo azul en sus dedos. Eso le hace sonreír, ya sabe lo que está pasando. Esto es un sueño, su sueño, la vida que siempre quiso y nunca tendrá, pero ¿por qué no soñar?

EL SUEÑO

No necesita mirarse en el espejo para saber que estará guapa y que el pijama que lleva es cómodo y sexy y le sienta como un guante. Tampoco necesita observarse con mucha atención para saber que de pronto este nuevo yo que es ahora ella, habla diferentes idiomas y posee más de un título universitario, ¿quién sabe si quizá un doctorado?

Baja los escalones ahora con más confianza, es su sueño y es su casa. Todo lo que la rodea es lo que siempre soñó. Una casa grande y alegre, elegante y moderna, se ve que las cosas no le van nada mal. Sonríe, claro, ¿cómo iba a ser de otro modo si se trata de su sueño? Ya ha llegado a la planta baja y se dirige directamente hacia el despacho. Sabe que esta habitación es su despacho porque siempre ha sido así. Hace años que tiene la misma imagen y el escenario de ese sueño recurrente siempre es el despacho. Ella ve como cada engranaje se cierra sobre sí mismo y concuerda a la perfección. La casa demuestra que económicamente todo va bien, más que bien, se dice así misma mientras sonríe contemplando la bella casa. Dinero: solucionado. Y el despacho demuestra que tiene una vida intelectual activa. Perfecto, mente: solucionado, se dice y entra en la habitación.

Hay libros por todas partes, de la pared hasta el techo. Una mesa enorme de madera sobre una alfombra espesa y más libros sobre ellas. Un pequeño sofá rojo pegado a la pared parece un rincón perfecto para tumbarse a leer y así lo demuestran los libros acumulados a sus pies. El escenario perfecto para una escritora, porque es eso a lo que ella se dedica, a poner palabras y a leer las de los otros. Y sea como fuere, su trabajo le hace sentir bien, se siente orgullosa de él y de ella misma.

Mira a su alrededor y ahí están. Al fondo le aguardan los grandes ventanales que dan al jardín y que ella viene buscando. Ya puede sentir esa conocida sensación de nervios en el estómago. Está pasando, por fin ocurre, su imagen será real por una vez, al menos durante este sueño…

Pero falta un pequeño detalle y sonriendo, la joven sale de la habitación. Antes que nada debe preparar una taza de té. Sí, una taza de té, porque cada ritual tiene sus protocolos y en este la magia sólo es posible si la poción dulce y calentita que le levanta el ánimo cada mañana calienta sus nuevas manos de hoy.

Una taza de té es cálida y reconfortante, significa bienestar, todo va bien. De modo que en su lista mental, la joven se dice: cuerpo, solucionado y con una sonrisa y los nervios peleándose como gatos en el estómago entra en el despacho y se dirige al punto neurálgico de este cuento: los ventanales. Aparta las cortinas y desde allí, sorbiendo el té azucarado y cálido, contempla a su familia en el jardín.

Hay un jardín, claro, ¿cómo podría ser de otra manera? La tierra y los árboles nos devuelven a nuestro sitio, son armonía, vida que gira más allá de nosotros, y nos centran y nos atan a la vida cuando los pensamientos se nos llenan de aire y nos hacen que nos perdamos en sus laberintos tramposos. Y allí en ese jardín de ensueño está su familia. Pero no nos acerquemos todavía, dejémoslos jugar un poquito más, dejemos que la muchacha sienta que se le llena el corazón de amor, de ese amor dorado y cálido como una taza de té.

Da un poco de miedo acercarse a ellos, ¿no creen? Ver sus caras, ponerles rasgos. Hay un perro grande, como un pastor alemán. No es un perro de raza ni falta que hace, lo trajeron de la protectora y es uno más en la casa. Noble, de hermosos ojos de caramelo juega feliz con ese hombre y ese niño a los que adora. También ella los adora. Son su familia.