lunes, enero 30, 2006

Sigue la lluvia.

Me estoy volviendo transparente y ya ni yo misma me encuentro siempre en el espejo. Cada vez hay menos sangre en mis venas, mi corazón sólo bombea lluvia. Si sigue lloviendo, si no vuelve a arderme la piel, desapareceré en la bruma.

decepción.
(Del
lat. deceptĭo, -ōnis).
1. f. Pesar causado por un desengaño.

desengaño.
1. m. Conocimiento de la verdad, con que se sale del engaño o error en que se estaba.
2. m. Efecto de ese conocimiento en el ánimo.
3. m. Palabra, juicio o expresión que se dice a alguien echándole en cara alguna falta.
4. m. pl. Lecciones recibidas por experiencias amargas.

tristeza.
(Del
lat. tristitĭa).
1. f. Cualidad de triste.
2. f. germ. Sentencia de muerte.

Sentencia de muerte... Sí, quizás sea esto estar sentenciada. Un día tras otro de lluvia y la soledad mordiéndome los tobillos.

sábado, enero 28, 2006

Hoy no estoy, simplemento no existo. No he salido de la cama en todo el día. No encontraba los motivos ni la fuerza para hacerlo. He hecho nido en ella y no me atrevo a abandonar sus límites. Hoy soy lluvia.

En esta soledad no hay literatura. Él no está y la lluvia me desborda.

Echo de menos aquella caja de Valium. Dormir, tal vez soñar, simplemente no estar. Que no me duela.

viernes, enero 27, 2006

Peter ya no es lo que era.

¿Qué clase de niño egoísta, pendenciero y malcriado es Peter Pan?

¿Qué clase de hombre inventa una niña-madre cose-sombras?

¿Qué clase de castigo de locos se autoinflige el padre de Wendy? (Para los que no lo sepan: ¡vivir en una caseta de perros!)

¿Qué clase de hada celosa y criminal es Campanilla?

Esto me pasa por llegar a los clásicos después de Walt Disney...


Por cierto, Panero también ha dedicado unas palabras a Peter:

UNAS PALABRAS PARA PETER PAN

"No puedo ya ir contigo, Peter. He olvidado volar, y... Wendy se levantó y encendió la luz: él lanzó un grito de dolor... »
James Matthew Barrie, Peter Pan.

Pero conoceremos otras primaveras, cruzarán el cielo otros nombres -Jane, Margaret-. El desvío en la ruta, la visita a la Isla-Que-No-Existe, está previsto en el itinerario. Cruzarán el cielo otros nombres hasta ser llamados, uno tras otro, por la voz de la señora Darling (el barco pirata naufraga, Campanilla cae al suelo sin un grito, los Niños Extraviados vuelven el rostro a sus esposas o toman sus carteras de piel bajo el brazo, Billy el Tatuado saluda cortésmente, el señor Darling invita a todos ellos a tomar el té a las cinco). Las pieles de animales, el polvo mágico que necesitaba de la complicidad de un pensamiento, es puesto tras de la pizarra, en una habitación para ellos destinada en el n° 14 de una calle de Londres, en una habitación cuya luz ahora nadie enciende. Usted lleva razón, señor Darling, Peter Pan no existe, pero sí Wendy, Jane, Margaret y los Niños Extraviados. No hay nada detrás del espejo, tranquilícese, señor Darling, todo estaba previsto, todos ellos acudirán puntualmente a las cinco, nadie faltará a la mesa. Campanilla necesita a Wendy, las Sirenas a Jane, los Piratas a Margaret. Peter Pan no existe. «Peter Pan, ¿no lo sabías? Mi nombre es Wendy Darling». El río dejó hace tiempo la verde llanura, pero sigue su curso. Conocer el Sur, las Islas, nos ayudará, nos servirá de algo al fin y al cabo, durante el resto de la semana. Wendy, Wendy Darling. Deje ya de retorcerse el bigote, señor Darling, Peter Pan no es más que un nombre, un nombre más para pronunciar a solas, con voz queda, en la habitación a oscuras. Deje ya de retorcerse el bigote, todo quedará en unas lágrimas, en un sollozo apagado por la noche: todo está en orden, tranquilícese, señor Darling.

"Así se fundó Carnaby Street" 1970

jueves, enero 26, 2006

El impostor.

"Al amanecer cuando las mujeres comían fresas crudas, alguien llamó a mi puerta diciendo ser y llamarse Leopoldo María Panero.

Sin embargo, su falta de entereza al representar el papel, sus abundantes silencios, sus equivocaciones al recordar frases célebres, su embarazo cuando le le obligué a recitar a Pound, y finalmente lo poco gracioso de sus gracias, me convencieron de que se trataba de un impostor.

Inmediatamente, hice venir a los soldados: al amanecer del día siguiente, cuando los hombres comían pescado congelado, y en presencia de todo el regimiento, le fueron arrancados sus galones, su cremallera, y arrojado a la basura su lápiz de labios, para ser fusilado poco despues.

Así terminó el hombre que se fingía Leopoldo María Panero."


http://www.elpais.es/suplementos/babelia/20011027/b2.html


El loco. El poeta.
Nació en Madrid en 1948, hijo del poeta Leopoldo Panero y hermano de Juan Luis Panero, Michi, también poeta. Desde muy pequeño mostró su interés por la poesía. El alcoholismo, la depresión y dos intentos de suicidio antes de cumplir los veintiún años, lo llevaron a la esquizofrenia. Hoy sigue internado por voluntad propia en un pabellón psiquiátrico. No ha dejdo de escribir. ¿Qué pasa por tu mente Leopoldo? ¿Quisiste estar loco? ¿Lo estás realmente o eres un genio? ¿Vale la pena el dolor? ¿Lo prefieres a esto de aquí fuera?

miércoles, enero 25, 2006

Distimia.

Definición.
Es una forma
crónica de depresión que se caracteriza por estados de ánimo permanentemente bajos, pero no tan extremos como otros tipos de depresión.

Causas, incidencia y factores de riesgo.
Se desconoce la causa exacta del trastorno. Aunque la sintomatología no es tan severa como la de las otras formas de
depresión, las personas afectadas se deben enfrentar casi a diario con los síntomas de bajo nivel de auto-estima, desesperación y desesperanza.
Como en todas las formas de depresión, la distimia es más frecuente en las mujeres que en hombres; y afecta a un 5% de la población en general. La distimia puede ocurrir sola o junto con una depresión más severa, o con otros trastornos siquiátricos.

Síntomas.
El principal síntoma de distimia es un estado de desánimo, pesadumbre y tristeza casi todos los días por al menos 2 años. Otros síntomas incluyen:
-
Inapetencia o compulsión por las comidas
-
Insomnio o hipersomnia
- Pérdida de la energía o
fatiga
- Baja autoestima
- Baja concentración
- Sensación de desesperanza

¿Estoy enferma?


Hubo un tiempo...

Miranda, la tempestad
John William Waterhouse 1916

"...como si el pensamiento tuviera sed de ámbitos espaciosos, y quisiera romper los barrotes del cuerpo para fundirse con la naturaleza porque contemplarla le parece poco..."
La Reina de las Nieves
Carmen Martín Gaite

Hubo un tiempo en que creí ser Leonardo Villalba. Un tiempo en el que creía que era Kay atrapado en el Palacio de la Reina de las Nieves jugando al Juego de la Razón Fría.

Gerda vino a salvarme pero nunca supimos quien salvó a quien, qué corazón tenía el trocito de espejo mágico dentro.

Ahora que lo pienso, no sé si nos salvamos.

Aquella sala del Museo Británico.

"Del pecho de la diosa brota leche y miel. Es grande duro y pleno. El pecho de la diosa es guerrero. La punta de una lengua juguetea con el pezón de piedra. La succiona. Mordisquea la carne. La palpa, la soba, la disfruta. La diosa no puede mantenerse impertubable. Goza."

Era un día de agosto de hace muchos años. Yo una joven impresionable en su primera visita al Museo Británico. Extasiada ante la visión de las esculturas del Partenón. El frontón este me excitó. Cuerpos rotundos insinuaban sus formas bajo los pliegues de las túnicas de piedra. Mi sexo palpitaba ante la imagen lánguida de las diosas.

Años después volví a entrar en la misma sala. Quería saber si aquellas figuras magníficas de la juventud tenían algo que decirme ahora. Las miré con atención. Las diosas volvían a susurrarme palabras en el oído. Pero el coro se ampliaba. Ahora no podía apartar los ojos del pecho retorcido del centauro que luchaba con el lapita. Aquel torso desnudo, aquel pezón agudo me pedía a gritos que mordiera la piedra.

Siglos después, las figuras que Fídias soñó siguen vivas en el Museo Británico.

http://www.thebritishmuseum.ac.uk

lunes, enero 23, 2006

La huella de Lilith.

Lady Lilith
Dante Gabriel Rossetti 1868


"Mi nombre es Esther pero eso no importa. Soy zapatista pero eso tampoco importa en este momento. Soy indígena y soy mujer y eso es lo único que importa ahora".
Comandante Esther, en la Cámara de Diputados, el 28 de marzo de 2001.

Cuentan que cometió dos transgresiones tan terribles que le valieron su expulsión no sólo del Paraíso, sino de la "historia oficial"; vaga desde entonces por los márgenes, por las fronteras del exilio, con largos cabellos y alas, algunas veces, con rostro de mujer y cuerpo de serpiente, o quizás, con la mirada lúbrica de los vampiros, otras. Érase que se era el comienzo de los tiempos, los primeros momentos de la Creación. Dios creó a Adán y supo que no era bueno que estuviera solo; con barro creó entonces a la mujer, para que lo acompañara, y le puso por nombre Lilith, "aliento".

"Escribir a pesar de todo, pese a la desesperación. No: con la desesperación. (...) La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida".
Marguerite Duras, Escribir.

Lilith no obedeció la orden de sumisión que le impusieron; pensaba que era igual a su marido, que tenía los mismo derechos que él porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni dependiente. Era una mujer íntegra y como tal quería gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba, incluidos la sexualidad y el erotismo.

Alrededor de 135 millones de mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital. Cada año se añaden dos millones más.

Le propuso, entonces, ciertos cambios para que también ella pudiera sentir placer. Él, por supuesto, se negó: ella debía aceptar la imposición de amarlo mirándolo siempre desde abajo. Sin embargo, Lilith se resistía a reconocer como superior al hombre, aunque él tuviera en el cuerpo la marca de la divinidad. Evidentemente, no había lugar allí para dos iguales, por lo que decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma.

"No, no es la solución / tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi / ni apurar el arsénico de Madame Bovary / ni aguardar en los páramos de Ávila la visita / del ángel como venablo / antes de liarse el manto a la cabeza / y comenzar a actuar. / Ni concluir las leyes geométricas, contando / las vigas de la celda de castigo / como lo hizo Sor Juana. No es la solución / escribir, mientras llegan las visitas, / en la sala de estar de la familia Austen / ni encerrarse en el ático / de alguna residencia de la Nueva Inglaterra / y soñar, con la Biblia de los Dickinson, / debajo de una almohada de soltera. / Debe haber otro modo que no se llame Safo / ni Messalina ni María Egipciaca / ni Magdalena ni Clemencia Isaura. / Otro modo de ser humano y libre. / Otro modo de ser".
Rosario Castellanos, Meditación en el umbral.

Lilith osó pensar que podía decidir sobre su propio cuerpo, sobre su placer, sobre su sexualidad. Lilith osó pensar que tenía los mismos derechos que Adán, los mismos derechos que los hombres.

De acuerdo con la UNESCO, dos tercios de los 861 millones de analfabetos en el mundo son mujeres.

El castigo divino fue la casi completa desaparición de Lilith de la historia. Dios quiso borrar a Lilith. Así, la primera mujer es, al mismo tiempo, la primera "desaparecida" de la historia: su nombre fue borrado de la Biblia (se le menciona sólo una vez -Isaías 34:14-, aunque esta mención no resulta clara en todas las traducciones al español); su cuerpo fue borrado del relato.

"Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir".
Alejandra Pizarnik, El deseo de la palabra.

Lilith prefirió su libertad, aunque fuera en una caverna, antes que la vida en un paraíso que la obligaba a renunciar a su propio deseo. Desde entonces, las diversas tradiciones la han asociado con la "cara oculta" del ser (¿el inconsciente?), aquel que nos vincula al sexo, a la sangre, a la oscuridad, a la muerte. Lilith, copulando con el Ángel caído; Lilith con forma de serpiente tentando a Eva con el fruto prohibido (porque cuando Dios vio que haber hecho a la mujer con el mismo barro que al hombre había causado tantos problemas, decidió realizar un nuevo intento, pero, esta vez, borró cualquier pretensión de independencia, creando a la segunda esposa de una costilla de Adán); Lilith como vampiro, como súcubo, provocando sueños eróticos en todos aquellos que duermen solos, Lilith "madre de demonios", Lilith inculcando deseos de autonomía. Lilith que quisieran silenciada; Lilith que quisieran desaparecida. Lilith dueña de su cuerpo y de su lengua, del placer y la palabra.

Texto de Sandra Lorenzano, crítica literaria y ensayista. He actualizado las cifras y eliminado algunos fragmentos.

Ofelia o el mal imaginario.



Ofelia
John Everett Millais 1851 - 52


Blancanieves, La Bella Durmiente, Rapuncel, Cenicienta.

Doncellas jóvenes y hermosas, bienintencionadas, ingenuas. Por supuesto vírgenes. Antes o después estas lindas muchachas se meterán en problemas, y antes o después un príncipe habrá de llegar a rescatarlas. Y mientras esperan a que llegue este príncipe salvador en su blanco corcel sólo tienen dos opciones: o sufrir o suspender su vida en un sueño o una prisión. Todo menos vivir. Claro que los cuentos nunca nos cuentan lo que ocurriría si los príncipes estuvieran demasiado ocupados con sus propios asuntos para venir a salvarlas.

Parece que algo similar es lo que le ocurrió a Ofelia. Su vida se desintegraba. Su hermano no está, su padre muere, ella deja de tener novio… Si ya no es ni hermana, ni hija, ni novia, ¿quién es Ofelia? ¿Acaso bastaba con ser ella misma? Se ve que no. Hamlet está demasiado ocupado en su venganza y sus propios problemas como para hacer caso a esta pobre chiquita que tampoco parece capaz de arrimar el hombro y convertirse en compañera de igual a igual. Ella sólo puede esperar. Y desaparecer. Lo hace por partes: primero desaparecen sus seres amados y con ellos, su corazón. Tras él su mente, y con ella su razón. Después será su cuerpo y su vida.

De todos modos no hay que olvidar que Ofelia no es una mujer. Nunca lo ha sido. Shakespeare dibujó el personaje de la joven doncella enamorada de Hamlet como el retrato de un tipo de mujer, de un arquetipo. Eso sí, desde su visión masculina del siglo dieciséis.

Ofelia es buena, ingenua, virgen, loca y suicida. Frente a ella tenemos otro personaje, la mala. Es Gertrudis: una mujer perversa, calculadora, adúltera y promiscua. Ella, por supuesto, muere asesinada: jamás se le ocurriría poner fin a su vida por su propia mano.

Mujeres antitéticas. Arquetipos contrapuestos del siglo XVI y del XXI.


Texto basado en la tesis de Daniela Cápona Pérez "Ofelia o el mal imaginario. Estudio de la evolución del personaje de Ofelia en tres obras dramáticas desde una perspectiva de género."
http://www.cybertesis.cl/tesis/uchile/2004/capona_d/doc/capona_d.pdf

Humedades marinas.

La Gran Ola
Katsushika Hokusai 1823 - 29


El mar. ¡Qué gran corrida de dios!

La playa abre sus muslos de mujer para recibir esa inmensa lengua salada que la lame y la besa. Una y otra vez.

Eternamente.

viernes, enero 20, 2006

Correr.

Andar velozmente / Moverse en una dirección determinada los fluídos / Tratándose de los vientos, soplar o dominar / Hablando de los ríos, extenderse por un territorio / Tratándose del tiempo, transcurrir.
(Diccionario Ideológico de J.Casares).



Corre. A quilómetros de aquí.
Está ahí fuera, corriendo.
Una pierna tras la otra.
No pensar, correr.
Sus músculos dibujan placas de hormigón bajo la piel.
Corre. Guerrero romano.
Corre.
El viento frío hiela el sudor sobre la piel.
La mirada al frente.
Corre.


Fluído. Viento. Río.
No hay tiempo.

Corre.

Quemarse las alas.

Caída de Ícaro
Jacob Peter Gowy 1636-37

Voy conduciendo y de pronto la idea me golpea casi como una ofensa personal:

¿Pero qué mierda de mensaje conservador plantea la historia de Ícaro?

Noche sucia de barro.

Noche de pesadillas. Agujereada como una mina. He caído por uno de los tuneles para aterrizar en medio de una aventura viscosa. Imposible recordar el argumento, sólo el despertar en la noche. Abrir los ojos para descubrir que aún hay horas de sueño por delante.

Ha llovido esta noche. Las calles han amanecido enfangadas como mis sueños.

lunes, enero 16, 2006

Carretera en la oscuridad.


Hacía frío pero no nos importaba porque no pensábamos salir del coche. Cuando te alejas de la ciudad la oscuridad es otra. Nosotros sólo queríamos estar juntos, tener un refugio, un lugar. Las sombras más oscuras de los árboles contrastan con los edificios iluminados del perfil urbano. La carretera es poco más que un sendero asfaltado, uno de tantos que hieren la cada vez más moribunda huerta. Nos mirábamos a los ojos, sonreíamos como niños, nos cogíamos de la mano mientras hacíamos planes. Fuera seguían el frío y las sombras.

De pronto una sombra más apareció en el espejo retrovisor. Había alguien ahí fuera. Distinguíamos la silueta oscura del hombre que caminaba hacia nosotros. No lo confesamos pero ambos sentimos un escalofrío. Nos miramos y él encendió el motor. Dijo que era por precaución. Por precaución. No quise preguntar precaución ante qué, no hablé, admitir los miedos es como alimentarlos, de modo que callé y dije que sí con la cabeza. Arrancamos y avanzamos por los meandros de la carretera oscura. Una pequeña alquería en ruinas a nuestra izquierda. Aquello cada vez me gustaba menos, no podía evitar la sensación de que el hombre podía alcanzarnos, que aunque nosotros fuéramos en coche y él andando, en cualquier momento volvería a ver su sombra tras mi reflejo en el espejo. Su aparición tan repentina le confería una especie de halo sobrenatural. Sus pasos podían alargarse como los de un gigante, pronto nos alcanzaría.

Y lo que no debía ocurrir, ocurrió: la estrecha carretera se acabó. Justo ante nuestros ojos. Era un callejón sin salida. Ninguno de los dos habló. En silencio él maniobró para dar la vuelta, pero el asfalto no tenía suficiente anchura y en cualquier momento podíamos meter la rueda del coche en una acequia o quedarnos atrapados en los campos llenos de barro. Tuve miedo de mirar el espejo retrovisor, ¿qué hacer si la sombra estaba allí?

Empecemos por el principio.

Entropía.

(Del
gr. ἐντροπία, vuelta, usado en varios sentidos figurados).

1. f. Fís. Magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema.

2. f. Fís. Medida del desorden de un sistema. Una masa de una sustancia con sus moléculas regularmente ordenadas, formando un cristal, tiene entropía mucho menor que la misma sustancia en forma de gas con sus moléculas libres y en pleno desorden.

3. f. Inform. Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cuales se va a recibir uno solo.