miércoles, marzo 29, 2006

El viento a favor. Hecho, espero.

Si ya no puede ir peor
haz un último esfuerzo
espera que sople el viento, a favor.
Ya sólo puede ir mejor
y está cerca el momento
espera que sople el viento, a favor.

Otra vez te has vuelto a equivocar
y siempre piensas: la culpa es de los demás.
Y no tienes más remedio
que, de nuevo, empezar.

Otra vez la has vuelto a fastidiar
siempre tienes que quedarte atrás
todavía te queda un buen trecho
y les tienes que alcanzar.

Si ya no puede ir peor
haz un último esfuerzo
espera que sople el viento, a favor.
Ya sólo puede ir mejor
y está cerca el momento
espera que sople el viento, a favor.

Otra vez perdiste tu oportunidad
siempre enfrentándote y al final
vencido por el miedo
caes al suelo y te dejas pisar.

Si ya no puede ir peor
haz un último esfuerzo
espera que sople el viento, a favor.
Ya sólo puede ir mejor
y está cerca el momento
espera que sople el viento, a favor.

Enrique Bunbury

viernes, marzo 24, 2006

Soy la capitana de un barco pirata.


Sed bienvenido a mi navío, soy la capitana.

No, no crea que estoy muerta, sangre de Fénix corre por mis venas.

Permita que le presente a mi tripulación. En el camarote principal se esconde un angel fugitivo. Creemos que escapó de algún lugar entre el cielo y el infierno, pero nadie sabe si ganó o perdió en el intento. En las motores trabaja Lázaro: cada mañana se levanta y anda, pero él jura y perjura que murió en primavera. Tenemos una sirena sin escamas, un payaso llorón y una niña transparente.

Navegamos sin rumbo, desnortados. Ron y ginebra en nuestras venas, cocaína en las pupilas, y humo, mucho humo, para adentrarnos en ningún lugar. Sólo queremos despistar a nuestras sombras. Sexo, drogas y alcohol, la música alta y acelerar un poco más de la cuenta.

No, eso no es un fantasma, era mi alma, pero de tan desgarrada que estaba, decidí arrancarmela del pecho y venderla al mejor postor. ¿La quiere?
Duele, duele, duele, duele, duele, duele, duele, duele, duele, duele, duele...

miércoles, marzo 22, 2006

P.S.

Estaba acostada cuando de pronto las piezas han encajado otra vez. ¡Qué atajo de chorradas soy capaz de escribir! Había vuelto a perderme en las palabras mientras la Vida está ahí fuera. El dolor y la muerte. La belleza. La miseria. No hay nada en otra parte. Todo está aquí. Tan cerca que sólo hay que alargar la mano y tocar. No hay más sentido que el que queramos buscar. No hay más vida verdadera que esta. Nada más.

Mis disculpas. Mis felicitaciones.

martes, marzo 21, 2006

En otra parte.

Dice André Bretón que vivir y dejar de vivir son soluciones imaginarias porque la existencia está en otra parte. En otra parte. Muchos se han perdido en la búsqueda de ese Grial que se encuentra en otra parte: la existencia, la verdad, ese algo que nos falta, ese no-se-qué indefinible que nos hace alzar los ojos con ansia más allá, siempre más allá. Hacia otra parte. Me pregunto cómo buscar desde el mundo lo que no está en él, cómo buscar la excelsitud desde mi miseria, cómo encontrar la belleza desde la fealdad. Trascender los contornos de lo real es un don y una maldición. Locos y poetas se han perdido en el mundo de los sueños y la infancia para dar vueltas en círculos, en un andar errático, buscando algo que no saben definir o que definen de demasiadas maneras. Algo que está en otra parte.

¿Pero cuál es el objeto de esa búsqueda? ¿Cuál?
¿Acaso hay uno sólo?

Eso sí, sé quien busca. Os reconozco. Os huelo. Os entiendo. Toda una comunidad de seres que os consideráis príncipes entre la manada gris. Seres que véis que algo brilla por encima de la masa bullente de cabezas, que oís una música, un susurro por encima del estrépito de levantarseparairatrabajardelunesaviernes vayamierdadevidayoquieromás. Que intuís que algo hay en otra parte. En otra parte que no es esta.

Para vosotros escribo, para soñar con vuestras tormentas desde mi realidad amorfa.
Para soñar que me pierdo con vosotros persiguiendo quimeras. Para que la hora a oscuras que robo a mi yo para ser otra, pueda deshacer los lazos que me atan al mundo y difuminar sus límites. Convertirme en lobo y príncipe. En poeta y demente. Y abrir la ventana y gritar al cielo y bailar descalza y aullar de rabia y quemarme las manos y el alma.

Para vosotros escribo. Y para mí. Para soñar que puedo ser otra.

martes, marzo 14, 2006

The Lady of Shalott IV

Lady of Shalott
John William Waterhouse 1888

In the stormy east-wind straining,
The pale yellow woods were waning,
The broad stream in his banks complaining,
Heavily the low sky raining
Over towered Camelot;
Down she came and found a boat
Beneath a willow left afloat,
And round about the prow she wrote
The Lady of Shalott.

Tensos, bajo el tormentoso viento del este,
los dorados bosques empalidecían,
la corriente gemía en la ribera,
el cielo encapotado llovía fuertemente
sobre las torres de Camelot;
Ella descendió y halló una barca
flotando junto al tronco de un sauce,
y alrededor de la proa escribió
"La Dama de Shalott".

And down the river's dim expanse,
Like some bold seer in a trance
Seeing all his own mischance,
With a glassy countenance
Did she look to Camelot.
And at the closing of the day
She loosed the chain, and down she lay;
The broad stream bore her far away,
The Lady of Shalott.

Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.

Lying, robed in snowy white
That loosely flew to left and right -
The leaves upon her falling light -
Through the noises of the night
She floated down to Camelot:
And as the boat-head wound along
The willowy hills and fields among,
They heard her singing her last song,
The Lady of Shalott.

Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción,
a la Dama de Shalott.

Heard a carol, mournful, holy,
Chanted loudly, chanted lowly,
Till her blood was frozen slowly,
And her eyes were darkened wholly,
Turned to towered Camelot.
For ere she reached upon the tide
The first house by the water-side,
Singing in her song she died,
The Lady of Shalott.

Escucharon una tuna, lastimera, implorante,
tanto en voz alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente,
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot;
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción,
la Dama de Shalott.

Under tower and balcony,
By garden-wall and gallery,
A gleaming shape she floated by,
Dead-pale between the houses high,
Silent into Camelot.
Out upon the wharfs they came,
Knight and burgher, lord and dame,
And round the prow they read her name,
The Lady of Shalott.

Bajo torres y balcones,
por muros de jardín y tribunas,
con brillante esbeltez pasó flotando,
entre las casas, pálida como la muerte
y silenciosa por Camelot.
A los muelles acudieron,
caballeros y burgueses, damas y lores,
y en torno a la proa su nombre leyeron,
La Dama de Shalott.

Who is this? and what is here?
And in the lighted palace near
Died the sound of royal cheer;
And they crossed themselves for fear,
All the knights at Camelot:
But Lancelot mused a little space;
He said, "She has a lovely face;
God in his mercy lend her grace,
The Lady of Shalott."

¿Quién es? ¿Y qué hace aquí?
Y junto al iluminado palacio,
cesaron los sones de vitoreo real;
y temerosos se persignaron
todos los caballeros de Camelot:
Pero Lancelot se quedó pensativo;
dijo, "Tiene un rostro hermoso;
Dios, en su bondad, la llenó de gracia,
a la Dama de Shalott".

Alfred Lord Tennyson (1842)
Traducción de Sabrina Giménez Espinosa

lunes, marzo 13, 2006

The Lady of Shalott III

The Lady of Shalott
William Holman Hunt 1892

A bow-shot from her bower-eaves,
He rode between the barley-sheaves,
The sun came dazzling through the leaves,
And flamed upon the brazen greaves
Of bold Sir Lancelot.
A red-cross knight for ever kneeled
To a lady in his shield,
That sparkled on the yellow field,
Beside remote Shalott.

A tiro de arco de su alero,
cabalgaba entre los fajos de cebada,
el sol resplandecía por entre las hojas,
y llameó en las grebas de bronce
del intrépido Lanzarote.
Un cruzado de rodillas para siempre
ante una dama en su escudo,
que resplandecía entre los dorados campos,
cercanos a la remota Shalott.

The gemmy bridle glittered free,
Like to some branch of stars we see
Hung in the golden Galaxy.
The bridle bells rang merrily
As he rode down to Camelot:
And from his blazoned baldric slung
A mighty silver bugle hung,
And as he rode his armour rung,
Beside remote Shalott.

Las engarzadas bridas brillaban libres,
como las ramificaciones estelares que vemos
suspendidas en la áurea Galaxia.
Alegres resonaban los cascabeles
mientras él cabalgaba hacia Camelot:
y de su ostentoso tahalí colgaba
un poderoso clarín de plata,
y al galope su armadura repicaba,
cerca de la remota Shalott.

All in the blue unclouded weather
Thick-jewelled shone the saddle-leather,
The helmet and the helmet-feather
Burned like one burning flame together,
As he rode down to Camelot.
As often through the purple night,
Below the starry clusters bright,
Some bearded meteor, trailing light,
Moves over still Shalott.

Bajo el azul del despejado día
brillaba la lujosa montura de cuero,
el yelmo junto con su pluma
ardían juntos en una única llama,
mientras él cabalgaba hacia Camelot.
Como suele suceder en la purpúrea noche,
bajo radiantes constelaciones,
algunos meteoros, trayendo una estela de luz
gravitan sobre la apacible Shalott.

His broad clear brow in sunlight glowed;
On burnished hooves his war-horse trode;
From underneath his helmet flowed
His coal-black curls as on he rode,
As he rode down to Camelot.
From the bank and from the river
He flashed into the crystal mirror,
"Tirra lirra," by the river
Sang Sir Lancelot.

Su frente clara y amplia resplandecía al sol;
con cascos bruñidos pisaba su caballo;
bajo el yelmo flotaban sus rizos
negros como el carbón mientras cabalgaba,
mientras cabalgaba hacia Camelot.
Desde la orilla y el río
Brilló en el cristalino espejo,
"Tirra lirra", por el río
cantaba Sir Lancelot.

She left the web, she left the loom,
She made three paces through the room,
She saw the water-lily bloom,
She saw the helmet and the plume,
She looked down to Camelot.
Out flew the web and floated wide;
The mirror cracked from side to side;
"The curse is come upon me," cried
The Lady of Shalott.

Ella dejó el lienzo, dejó el telar,
dio tres pasos por la habitación,
vio florecer el lirio en el agua,
vio la pluma y el yelmo,
y miró hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
El espejo se quebró de lado a lado;
"la maldición cae sobre mí", gritó
la Dama de Shalott.


Alfred Lord Tennyson (1842)
Traducción de Sabrina Giménez Espinosa

domingo, marzo 12, 2006

The Lady of Shalott II

"I am Half Sick of Shadows," said the Lady of Shalott.
John William Waterhouse 1911

There she weaves by night and day
A magic web with colours gay.
She has heard a whisper say,
A curse is on her if she stay
To look down to Camelot.
She knows not what the curse may be,
And so she weaveth steadily,
And little other care hath she,
The Lady of Shalott.

Allí, noche y día, teje
un mágico lienzo de alegres colores.
Ha oído un susurro advirtiéndole
que una maldición caerá sobre ella
si mira hacia Camelot.
Desconoce el tipo de que maldición es,
y debido a ello teje sin parar,
sin preocuparse de nada más,
la Dama de Shallot.

And moving thro' a mirror clear
That hangs before her all the year,
Shadows of the world appear.
There she sees the highway near
Winding down to Camelot:
There the river eddy whirls,
And there the surly village-churls,
And the red cloaks of market girls,
Pass onward from Shalott.

Y moviéndose a través de un cristalino espejo
colgado todo el año ante ella,
aparecen las tinieblas del mundo.
Ve la cercana calzada
discurriendo hacia Camelot:
ve los arremolinados torbellinos del río,
los rudos patanes pueblerinos,
y las capas rojas de las muchachas,
provinientes de Shallot.

Sometimes a troop of damsels glad,
An abbot on an ambling pad,
Sometimes a curly shepherd-lad,
Or long-hair'd page in crimson clad,
Goes by to tower'd Camelot;
And sometimes thro' the mirror blue
The knights come riding two and two:
She hath no loyal knight and true,
The Lady of Shalott.

A veces, un grupo de alegres damiselas,
un abad deambulando,
a veces, un pastorcillo con bucles en el pelo,
o un paje con melena y vestido carmesí,
van hacia las torres de Camelot;
Y a veces, a través del azul espejo
los caballeros vienen cabalgando en pares:
No tiene un caballero leal y franco,
la Dama de Shallot.

But in her web she still delights
To weave the mirror's magic sights,
For often thro' the silent nights
A funeral, with plumes and lights
And music, went to Camelot:
Or when the moon was overhead,
Came two young lovers lately wed;
"I am half-sick of shadows," said
The Lady of Shalott.

Pero aún gozando en tejer
en su lienzo las visiones del mágico espejo,
-cuando a menudo en las noches silenciosas
un funeral, con velas, penachos
y música, se dirigía hacia Camelot;
o cuando la luna estaba en lo alto,
y llegaban dos amantes recién casados-
"Cansada estoy de las sombras",
dijo la Dama de Shallot.

Alfred Lord Tennyson (1842)
Traducción de Sabrina Giménez Espinosa

The Lady of Shalott I

The Lady of Shalott (Looking at Lancelot)
John William Waterhouse 1894

On either side the river lie
Long fields of barley and of rye,
That clothe the wold and meet the sky;
And through the field the road run by
To many-tower'd Camelot;
And up and down the people go,
Gazing where the lilies blow
Round an island there below,
The island of Shalott.

A ambos lados del río se despliegan
anchos campos de cebada y centeno,
que decoran la tierra y se reúnen con el cielo;
y a través del campo se extiende el camino
que va hacia las torres de Camelot;
y la gente va y viene,
contemplando el lugar donde se balancean los lirios
alrededor de la isla de allí abajo,
la isla de Shalott.

Willows whiten, aspens quiver,
Little breezes dusk and shiver
Through the wave that runs for ever
By the island in the river
Flowing down to Camelot.
Four grey walls, and four grey towers,
Overlook a space of flowers,
And the silent isle imbowers
The Lady of Shalott.

Los sauces palidecen, tiemblan los álamos,
las leves brisas se ensombrecen y tiemblan
en las olas que discurren sin cesar
por el río que rodea la isla
fluyendo hacia Camelot.
Cuatro muros grises y cuatro torres grises,
dominan un lugar rebosante de flores,
y la silenciosa isla aprisiona
a la Dama de Shalott.

By the margin, willow veil'd,
Slide the heavy barges trail'd
By slow horses; and unhail'd
The shallop flitteth silken-sail'd
Skimming down to Camelot:
But who hath seen her wave her hand?
Or at the casement seen her stand?
Or is she known in all the land,
The Lady of Shalott?


Por la orilla, cubiertas por los sauces,
se deslizan las pesadas barcazas
tiradas por lentos caballos; e ignorada
navega la chalupa con revoltosa vela de seda
rasurando las aguas hacia Camelot:
pero, ¿Quién la ha visto agitando su mano?
¿O asomada en el marco de la ventana?
¿Acaso es conocida en todo el reino
la Dama de Shalott?

Only reapers, reaping early,
In among the bearded barley
Hear a song that echoes cheerly
From the river winding clearly;
Down to tower'd Camelot;
And by the moon the reaper weary,
Piling sheaves in uplands airy,
Listening, whispers, " 'Tis the fairy
The Lady of Shalott."

Sólo los segadores, segando temprano
entre la espesura de cebada,
escuchan un canto que resuena vivamente
desde el río transparente que serpea,
hacia las torres de Camelot:
Y a la luz de la luna, el cansado segador,
apilando los fajos en aireadas mesetas,
al escucharla, murmura: "Es el hada
Dama de Shalott".

Alfred Lord Tennyson (1842)
Traducción de Sabrina Giménez Espinosa

jueves, marzo 02, 2006

La táctica del avestruz.

Hoy he vuelto a reconocer los síntomas: la inseguridad, la autoestima reducida a menos que nada, el saberse merecedora de cualquier improperio o acusación, el miedo a ir a trabajar mañana, el rechazo visceral a hacerlo, pensar excusas, llorar, sentirme inútil, un fracaso... Aún siento el pánico en el estómago, pero voy a controlarlo. Me esforzaré por ser fuerte, por no dejarme llevar por la táctica del avestruz.
Ilustración de un cuento de Calleja
Pelusa, de Luis Coloma
Cuando era niña, a veces sentía tal rechazo por ir al colegio que trataba de enfermar para poder escaparme. ¿Qué era lo que tanto temía enfrentar? ¿Un exámen de matemáticas que no había preparado? Seguro que era algo que debía haber hecho en lugar de pasar la tarde mirando la televisión. Nada importante para alguien de treinta años. Terrible para aquella chiquilla gris. No recuerdo qué terrores con olor a culpa me dominaban y me impelían a abrir la ventana y mojarme el pijama con cubitos de hielo en pleno invierno con tal de caer enferma. Claro que no aguantaba el frío por mucho tiempo y tampoco enfermaba nunca. En eso no he cambiado: no soporto el frío, nunca estoy tan enferma como para saltarme alguna obligación y sigo llenándome de terrores.

Al final el día llegaba y acababa afrontando miedos que a la luz del día no eran tan terribles. Todo era superado, aunque desde luego no por la táctica del avestruz que empleaba y sigo empleando. Si algo te aterra: huye llena de terror sin saber si corres hacia el lado correcto o esconde la cabeza bajo el suelo. No te muevas. Quizá "algo" pase y el golpe nunca llegue.

Por cierto, mañana iré a trabajar, claro. Me enfrentaré a mis miedos con la cabeza alta y la armadura puesta. Aunque ahora necesite acurrucarme en la oscuridad y darme fuerzas para afrontar el mundo. Buenas noches.