domingo, febrero 26, 2006

El mapa de los vientos.

Puedo dibujar un mapa de los vientos. Puedo pintarlo de colores y mostraros cuál de ellos golpea en este momento el viejo y feo edificio verde. Os diría cuál gime de madrugada, qué viento el que me amenaza. Los oigo desde niña. Soplan en el interior de mi cabeza. Se acercan, me arrullan, golpean y huyen como cobardes. Sus amenazas son vanas, jamás me han llevado con ellos. Pero giran y hablan y susurran y cantan. Reptan y te tientan, mil voces se unen al coro o es una nota la que estira el tiempo para comprobar el límite de tus fuerzas. Nunca callan los vientos.

Puedo dibujar un mapa de los vientos. Pintaría de rojo este más agresivo, el de voz grave, el que dice “jamás lo conseguirás”.
De azul, el que entumece el rostro cuando hay que madrugar y hace frío en la calle. Dorada, la brisa que anuncia la primavera. La que hace florecer los almendros y las niñas tristes. La que despierta la piel, la que hace hervir la sangre y sabe a ron de miel.
Ilustración del Archivo del Museo Naval de Madrid

viernes, febrero 24, 2006

The Elephant House o la magia existe.

Vista nocturna del Castillo de Edimburgo

Hoy era el día, bueno ayer, pero se me ha hecho un poco tarde y hace una hora que dejé atrás el 23 de Febrero. Hoy, ayer, era el día en que salía a la venta el sexto Harry Potter en castellano. Y aquí, la que escribe a este lado de la pantalla, feliz como una niña con zapatos nuevos, ya tiene su ejemplar encima de la mesita de noche. Aunque confieso que lo conseguí un día antes de lo que tocaba... ¡Una tiene sus contactos! :-)

Harry ha cumplido dieciséis años y El-que-no-debe-ser-nombrado ha recuperado sus fuerzas. La batalla será ardua, pero por lo que pude entender cuando traté de leerlo en inglés al final Harry y Dumbledore podrán restaurar la paz, aunque a un precio muy alto... Qué bobada, ¿verdad? Pero, ¿por qué renunciar a un placer tan inocente, una fuente de felicidad tan sencilla, tan pura? ¿Por qué cerrar los ojos a los sueños y a la imaginación? ¿Por qué no viajar con un niño, ya adolescente, desgarbado a un mundo en el que todo es posible? Soy feliz cuando me acurruco y leo. Y aunque sé que J.K.Rowling no será jamás Nobel de literatura, esa mujer es capaz de crear a millones de niños de todo el mundo un mundo de palabras e ilusión. Es capaz de hacer que los niños apaguen las televisiones, apaguen sus Play Stations y lean. Sólo por eso la hubiera aplaudido. Pero además, a mí me hace feliz.

Estuve este verano en Edimburgo, un ciudad encantadora. En ella se esconde The Elephant House, el café donde una madre soltera, sin suficiente dinero para pagar la calefacción de su apartamento, se refugiaba al amor de una taza de té. En las servilletas del café esbozaba la historia de un niño huérfano que un buen día descubrió que era mago. Fuí a The Elephant House, claro, y esa misma noche escribía un correo explicando lo que había visto.

És un lloc molt agradable. Les parets estaven plenes de quadres, cares de dones perdudes en el seu silenci. M'han agradat molt i es molt possible que torne esta setmana i compre un dels quadres. Des de la finestre es podia vore el castell d'Edimburg. Estava fent-se de nit i al castell han encés les torxes. Era una visió espectacular, màgica: el castell damunt la colina de roca volcànica, dominant-ho tot al seu voltant i el foc de les torxes que el tornava a ubicar en una epoca lluny d'esta civilitzada era... Magnífic...

Les taules de fusta sempre donen més ganes d'escriure. Pots imaginar un dia de pluja, amb el cel gris i eixa pluja trista i constant que no te la passió de la tempesta ni l'alegria d'un dia assolellat. Eixa pluja que et demana que et quedes a casa perque no hi ha res ahí fora. I pots imaginar una casa gelada, plena de corrents d'aire, sense calefacció. I una dona i un bebé, sense diners per a la calefacció, passant la vesprada al café, fent durar un té calentet, i imaginant que el castell que contempla per la finestra es una escola de mags, i que allí arriba un xiquet orfe, un xiquet al que no vol ningú, un xiquet com jo, i que en eixe castell màgic no només descobreix la màgia, sino que descobreix l'amistat, l'estima, el calor de saber-se estimat, al mateix temps que tota la seua existencia adquereix un sentit...

La màgia existeix, és clar, i allí estava. En una taula de fusta i una imaginació desbordada que converteix pedra i fred en la llar d'un xiquet solitari i trist. En la llar de milers de xiquets solitaris d'arran el mon. Ho sé, ho sé, tot açò sona tan tòpic! Pero no puc evitar sentir-me emocionada esta nit. Pero no per cap mitomania d'haver estat al lloc on es va començar a escriure una història que tan feliç em fa, sino perque algú siga capaç de crear un món com eixe. Perque ahí està la vertadera màgia, en crear, en fer real el que nomes existeix dins de nosaltres.

martes, febrero 21, 2006

Lorca eran todos.

Vuelvo de Barcelona con Lorca en el pensamiento y una imagen. La de Isabel García Lorca descolgando un teléfono negro para escuchar una voz que susurra: "Lo que dicen es cierto, Federico García Lorca está muerto". Isabel se queda blanca, muda, incapaz de reaccionar. Con la espalda contra la pared se deja resbalar hasta el suelo. Han cortado los hilos y es una muñeca rota. El teléfono negro oscila como un péndulo. Su hermano está muerto, esos hijos de puta lo han matado. Y el odio, y la rabia y la pena que no encuentra lugar.

La muerte de Lorca es un juego de cajas chinas que esconde mil y una historias en su interior. La de Luis Rosales, el amigo que lo escondió y cuya se vida se tiñó con la sospecha de la traición. La de Emilia Llanos, su buena amiga, que murió con el nombre del poeta en los labios. La de Ramón Ruiz Alonso: ¿actuó por iniciativa propia? ¿sus hijas le repudieran por su actuación? El cerdo de Queipo de Llano, la mano tendida de Margarita Xirgu para alejarse de España...


La muerte viste de negro y baila flamenco mientras requiebra al poeta. ¡Tenía tanto miedo!

La muerte...¡Ay!... En cada cosa hay una insinuación de muerte. La quietud, el silencio, la serenidad, son aprendizajes. La muerte está en todas partes. Es la dominadora. Hay una insinuación de muerte en los ratos que estamos quietos. Cuando estamos en una reunión, hablando serenamente, mirad a los botines de los presentes. Los veréis quietos, horriblemente quietos. Son piezas sin gestos, mudas y sombrías, que en esos momentos no sirven para nada, están comenzando a morir... Los botines, los pies, cuando están quiertos tienen un obsesionante aspecto de muerte. Al ver unos pies quietos, con esa quietud trágica que solamente los pies saben adquirir, uno piensa: diez, veinte, cuarenta años más, y su quietud será absoluta. Tal vez unos minutos. Quizá una hora. La muerte está en ellos.

Dicen que a pesar de ello, era un hombre alegre, inocente. Dicen que tenía luz en los ojos. La guerra convirtió a nuestros vecinos, nuestra família, nosotros mismos en animales. Mataron un hombre inocente. Mataron miles de ellos. Y Lorca eran todos.

lunes, febrero 13, 2006

Tarde de domingo.

Andaba ayer perdiéndome por los meandros de la melancolía cuando decidí ser fuerte. Me negué a hundirme en la tristeza lechosa que me tentaba y decidí buscar ayuda. Rebusqué entre mis cajas de libros y mi séptimo de caballería particular apareció enseguida: los cinco ejemplares de Harry Potter y Orgullo y Prejuicio. Medio litro de helado (vainilla con tarta de queso) y a la cama con un muñeco de peluche. Extendí los libros a mi alrededor y dejé que Humph se hiciera una bolita a mi lado. Y sí, lo conseguí, empecé a sonreir. Dudé un poco antes de elegir un amigo que me diera la mano en la tarde de domingo, pero acabé decidiéndome por la adorable Jane. Echaba de menos su humor restelleante de látigo. Abrí la primera página y empecé a leer:

Es una verdad universalmente aceptada que un soltero con posibles ha de buscar esposa.

Con un comienzo como este, ¿cómo no iba a sonreir? :-)

Antes de darme cuenta ya me había presentado con las mejillas arreboladas y las enaguas manchadas de barro en Netherfiel Park al lado de Elizabeth Bennet. Y nuestros ojos brillantes fascinaban a Darcy mientras la señorita Bingley se moría de celos.

La tarde de domingo murió, pero yo no me dí cuenta. Estaba salvando un amor de las garras del orgullo y el prejuicio en la Inglaterra victoriana.

Omega.


Todavía siento la música en la piel. Ya sé, ya sé que Morente es el maestro y que todo el mundo lo conocía. Todo el mundo, menos yo. Llevo un par de días escuchando este disco a todo volúmen y aún hay fragmentos que me hacen temblar. La percusión es el latido de un barco negrero, pero sobre ella la guitarra dibuja arabescos de luz. El ritmo palpita y la sangre enloquece. Y Morente canta los versos de Lorca...

Asesinado por el cielo,
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta
Y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota
Y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
Y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!

Y yo tiemblo de emoción.

viernes, febrero 10, 2006

La tumba.

Una tumba intacta en el Valle de los Reyes. Bajo millones de pisadas de turistas la tumba guardaba sus secretos. Casi no puedo ni creerlo, qué alegría... aún quedan secretos por descubrir.

sábado, febrero 04, 2006

Se ha levantado.
Se ha vestido de negro. Labios de cereza. Su perfume favorito.
La noche aguarda. La noche aguarda...

Es una amazona.

La condesa sangrienta.























Lucrezia Panciatichi
Agnolo Bronzino 1540

El criminal no hace la belleza;
él mismo es la auténtica belleza.
Sartre

Se escogían varias muchachas altas, bellas y resistentes -su edad oscilaba entre los 12 y los 18 años- y se las arrastraba a la sala de torturas en donde esperaba, vestida de blanco en su trono, la condesa.
Una vez maniatadas, las sirvientas las flagelaban hasta que la piel del cuerpo se desgarraba y las muchachas se transformaban en llagas tumefactas; les aplicaban los atizadores enrojecidos al fuego; les cortaban los dedos con tijeras o cizallas; les punzaban las llagas; les practicaban incisiones con navajas (si la condesa se fatigaba de oír gritos les cosían la boca; si alguna joven se desvanecía demasiado pronto se la auxiliaba haciendo arder entre sus piernas papel embebido en aceite). La sangre manaba como un geiser y el vestido blanco de la dama nocturna se volvía rojo. Y tanto, que debía ir a su aposento y cambiarlo por otro (¿en qué pensaría durante esa breve interrupción?). También los muros y el techo se teñían de rojo.

No siempre la dama permanecía ociosa en tanto los demás se afanaban y trabajaban en torno a ella. A veces colaboraba, y entonces, con gran ímpetu, arrancaba la carne -en los lugares más sensibles- mediante pequeñas pinzas de plata, hundía agujas, cortaba la piel de entre los dedos, aplicaba a las plantas de los pies cucharas y planchas enrojecidas al fuego, fustigaba (en el curso de un viaje ordenó que mantuvieran de pie a una muchacha que acababa de morir y continuó fustigándola aunque estaba muerta); también hizo morir a varias con agua helada (un invento de su hechicera Darvulia consistía en sumergir a una muchacha en agua fría y dejarla en remojo toda la noche). En fin, cuando se enfermaba las hacía traer a su lecho y las mordía.

Durante sus crisis eróticas, escapaban de sus labios palabras procaces destinadas a las supliciadas. Imprecaciones soeces y gritos de loba eran sus formas expresivas mientras recorría, enardecida, el tenebroso recinto. Pero nada era más espantoso que su risa. (Resumo: el castillo medieval; la sala de torturas; las tiernas muchachas; las viejas y horrendas sirvientas; la hermosa alucinada riendo desde su maldito éxtasis provocado por el sufrimiento ajeno.)

... sus últimas palabras, antes de deslizarse en el desfallecimiento concluyente, eran:

"Más, todavía más, más fuerte!"
Así describe Alejandra Pizarnik las actividades de Erzsébet en el sótano de su castillo. Torturó y asesinó a más de seiscientas muchachas. Estaba loca, sí, pero era bella y poderosa.
Cuando la detuvieron declaró que todo aquello era su derecho de mujer noble y de alto rango.

Pesadilla en la Tate.

La pesadilla
Henry Fuseli 1781

Desde que fuese exhibido al público por primera vez, este cuadro ha sido un icono del horror. Yo acabo de descubrirlo. El lienzo muestra a una mujer tendida en su boudoir, oprimida por un repugnante diablo ante la mirada feroz de un caballo de ojos incandescentes. Existe otra versión en que la joven (atractiva por supuesto, el horror sin sexo y belleza no ejerce la misma fascinación) sueña con un íncubo.

Horror. Fantasía. Perversiones sexuales.

¿Por qué resultan tan jodidamente atractivos? ¿Qué oscuro rincón de nuestra mente perturbada pare estos monstruos y se ve tan irremediablemente atraída hacia ellos?

El cuadro se exhibirá en la exposición Gothic Nightmares de la Tate. Parece que Londres se puebla de pesadillas.
http://tate.org.uk

Extranjero.


Miras a tu alrededor y sólo ves alimento. Cuerpos que se mueven, mentes que opinan. No son nadie.

¿Acaso significan algo para tí?

No te interesan, te aburren. Falta de empatía total. No hay conexión. Te miran y te hablan, te consideran uno de los suyos, pero tú sabes que no. Eres el extranjero. Y no encuentras interlocutor. Por eso te llena la rabia. Por eso gritas cuando conduces y golpeas el volante y lloras. Por eso estás solo. Porque eres como yo. Extranjero. Y cuando acabe la rabia, cuando tu violencia se disuelva en frustración, en tí sólo habrá espacio para la apatía. Cansancio de vivir. Hartazgo de todos esos que se empeñan en invadir tu tiempo y tu espacio.

A veces los miras y los ansías, quieres calor, quizá ser como ellos. Y bebes y fumas con ellos, peró sólo son alimento. Cuerpos que se mueven y aturullan. Sólo pueden darte imágenes desvaídas. No pueden ofrecerte nada intenso. Nada. Sólo esa miseria que se arrastra y boquea, peces ahogándose fuera del agua. Ganas de vomitar.

Parpadea el cursor esperando que siga. Pero a la violencia le sucede la resignación. Nada puedes hacer. Estás solo y el tiempo se agota.

Tú sí que sabes de sangre manchando la pared. Sabes de violencia homicida. Entiendes el dolor. Te divierte. Eres fuerte, poderoso. Eres bello. Príncipe entre las sombras.

Camus no tenía ni puta idea.

viernes, febrero 03, 2006

Venid, amigos.
No es tarde para buscar un mundo nuevo,
pues sueño con navegar más allá del crepúsculo.
Y aunque ya no tengamos la fuerza
que antaño movió cielos y tierra, somos lo que somos,
un mismo temple de corazones heroicos,
debilitados por el tiempo,
pero voluntariosos para luchar, buscar y encontrar,
y no rendirse.

Ulysses. Alfred Lord Tennyson (1809-1892)

Las lágrimas de Kali, la Conjuradora.


Yo soy Kali,
la oscura,
la del collar de calaveras,
la que nunca duerme,
la despiadada,
la guerrera,
la amante destructora
cuyo pie se apoya
en la Posibilidad de sí misma,
la Posibilidad
siempre igual a sí misma.

He trocado
la cuerda del ahorcado
por el collar de calaveras
y frente a cualquier expreso
la libertad primera:
ningún deseo,
ningún lamento
ocupará el lugar en el que pueda
surgir la ira,
o la fuerza,
o la calma,
las formas del Poder
que se alimenta de la gran Soledad.

Yo soy la que no es,
la Sola,
la que arranca de sí misma,
aquella que aprendió a cortar
una lágrima
con el filo de su espada
sin que en su acero permanezca
ni un rastro de humedad.

Soy la que nunca más
derramará una lágrima
porque nada posee
salvo su propia fuerza.

Chantal Maillard
(Fragmento)

Vida en los Bosques.

"Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida; dejar de lado todo lo que no fuera la vida, para no descubrir en el momento de la muerte que no había vivido."
Walden, o Vida en los Bosques
Henry David Thoreau

Como todos, recordaba la frase de "El Club de los Poetas Muertos". Hoy he pensado en aquel grupo de estudiantes que se escapaban a los bosques para beber y leer poesía. Sin conocerlos, los he echado tanto de menos...

Buscando los versos en la red me he encontrado con el autor: Henry David Thoureau. Interesante, el personaje. Se trata de un escritor y ensayista estadounidense (1817 - 1862) que un día decidió establecerse en una pequeña cabaña que él mismo construyó cerca del pantano de Walden. Quería simplificar su vida y dedicar todo el tiempo a la escritura y la observación de la naturaleza.

Al año siguiente dió por concluida su vida en el pantano y como protesta por la esclavitud en América se negó a pagar los impuestos que el gobierno le imponía. Su rebeldía fue castigada con la prisión y el episodio le llevó a escribir "Desobediencia civil" (1849), donde establecía la doctrina de la resistencia pasiva que habría de influir más tarde en Gandhi y Martin Luther King.

Otras de las frases que aparecen en "Walden, o Vida en los Bosques" son:

"No tengo duda de que es parte del destino de la raza humana, en su mejoramiento gradual, dejar de comer animales."

"Ningún ser humano, pasando la edad irracional de la niñez, querrá conscientemente matar a alguna criatura que mantiene su vida de la misma tierra que él."

Pero esta ya es otra historia... :-)

La amabilidad de los extraños.

“Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños”
Blanche Dubois (Un tranvía llamado deseo)

miércoles, febrero 01, 2006

Juramento de las Amazonas Libres.

Hoy ha salido el sol. Se acabó la lluvia, la de dentro y la de fuera. Todo es cuestión de voluntad y hoy he decidido convertirme en amazona. !Ánimo guerreras¡

"Juro que:


Renuncio a casarme salvo como compañera libre. Seré conocida solamente por el nombre de mi madre. No me entregaré a ningún hombre salvo por mi propio placer y deseo. Tendré hijos sólo para mí y por mi propia elección. No recurriré a ningún hombre en busca de apoyo o socorro. Y juro que las Amazonas Libres, todas y cada una de ellas, serán para mí como mi misma sangre, sólo a ellas deberé lealtad y ninguna recurrirá a mí en vano."

Comportamiento suicida.

El suicidio es la causa del 30 por ciento de las muertes entre los estudiantes universitarios y del 10 por ciento de las muertes en personas entre 25 y 34 años. Es la segunda causa de muerte entre los adolescentes.

Sin embargo, más del 70 por ciento de las personas que se suicidan son mayores de 40 años y la frecuencia aumenta dramáticamente en los mayores de 60 años, sobre todo en los varones. En contraste, los intentos de suicidio son más frecuentes antes de llegar a la mediana edad.





Los intentos de suicidio son más frecuentes entre las solteras adolescentes y entre los solteros alrededor de los 30 años. Aunque las mujeres intentan suicidarse con una frecuencia tres veces mayor que los hombres, éstos consuman el suicidio en una proporción cuatro veces mayor que ellas.
Fuente: