domingo, julio 23, 2006

La danza de la soledad.

soledad.

(Del lat. solĭtas, -ātis).

1. f. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía.

2. f. Lugar desierto, o tierra no habitada.

3. f. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.

4. f. Tonada andaluza de carácter melancólico, en compás de tres por ocho.

5. f. Copla que se canta con esta música.

6. f. Danza que se baila con ella.

Bailemos la danza de la soledad. Es muy fácil. Entras en la casa, hace mucho calor. No hay nadie. Enciendes el aire acondicionado en el comedor y tratas de avanzar un poco el trabajo para que mañana no te entre el pánico en la oficina. Vienes de ver a tus amigos. Se han marchado por parejas. Menos tu ex, que sabes que también se siente triste y solo. Pero tú no puedes acompañarle. No.

En la casa hasta el gato parece detenido en el tiempo, le agobia el calor. Notas que tienes ganas de llorar, esa vieja opresión en la garganta. Recuerdas al hombre que ayer mismo te dijo que luchaba contra el desencanto y le echas de menos aunque sabes que no te quiere. Te gustaría tenerle cerca, asomarte a su interior a pesar del vértigo. Recuerdas ahora al hombre al que entregaste tu alma y la barbilla te tiembla de dolor y rabia. No quieres pensar "cobarde", pero masticas la palabra. Sabe a cobre, como la sangre que sacó de tu vientre.

Estás cansada. Pasan las horas. Cuando sales del comedor el calor te da una bofetada. Sabes que te costará dormir y no quieres acostarte hasta que sepas que te dormirás enseguida. No quieres dar vueltas en la cama vacía. No quieres llorar.

...

Mañana será diferente, sonreirás a la luz del día. Pero para llegar a esa sonrisa, antes has de bailar la danza de la soledad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Maldito vértigo que frena las iniciativas, maldita cobardía de sabor cobrizo, maldito corazón salvaje que lamió poemas caídos de tus labios, malditas ganas de llorar, malditas camas vacías, malditos rayos de sol que lacerais la noche.
¿qué va a ser de ti...?
¿qué va a ser de mí...?

Di...

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Una noche nació en su alma el deseo de modelar una estatua de «El Placer que sólo dura un Instante». Y se fue por el mundo en busca de bronce. Porque sólo quería utilizar bronce.
Sin embargo, todo el bronce del mundo había desaparecido. No podía encontrarse bronce en ninguna parte de la tierra, excepto el bronce de la estatua de «El Dolor Eterno».
Ahora bien, esta imagen la había modelado él mismo, con sus propias manos, colocándola en la tumba de lo único que había amado en la vida. Sobre la tumba de lo que más había amado colocó esta imagen que era obra suya, para que sirviera de símbolo del amor inmortal del hombre, como símbolo del eterno dolor del hombre. Y he aquí que en todo el mundo no había más bronce que el de esta imagen.
Y fue y cogió la imagen que él había modelado, la metió en un gran horno y la entregó al fuego.
Y con el bronce de la imagen de «El Dolor Eterno» modeló la imagen de «El Placer que sólo dura un Instante».


“El artista” de Oscar Wilde


Si el corazón tuviera cerebro, se pararía.

Buenas noches.

(Esther manifiestate, por favor. Tengo un blog al que no sé entrar. :-) "eclipse intermitente")

No vale reirse,Enttropía. O sí!

Galahan dijo...

Ehm... perdón, el Club Dickens?

Africanoaf dijo...

Entropia...Tienes una soledad "tan concurrida"

Enttropia dijo...

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

M. Benedetti

Africanoaf dijo...

A eso me referia...
Que bueno que este :D...

Galahan dijo...

Danza de la soledad... danza de la soledad... si estás todo el día por ahí de pingo!
Que ni actualizas ni ná!

:-P

Que sí, que qué valiente yo para decir eso que no actualizo desde la guerra del peloponeso (¿Dónde? Pues no se, ponlo ahí. Vale, vale.)

Sir Alsen Bert dijo...

Y no enchufes a Miss Tiví que la soledad truena a tiro perdido.
Qué bien huele este post y qué concurrido está.

Galahan dijo...

Bailas una danza preciosa.
No precisamente la de la soledad.

Un beso.

Esther Hhhh dijo...

Y que bien se nos da eso de bailar a solas solitariamente la soledad que elegimos y la que no... Pero tenemos la suerte de que aunque existan esos instantes en los que creemos que no hay nadie al otro lado, lo bien cierto es que estamos rodeadas de buen querer y el mal querer, ese del que se fue sin más por cobardía o vete a saber por qué, ese mi querida amiga, está mejor fuera de nuestra danza, que más vale danzar a solas que mal acompañadas, ¿no crees?
Por cierto, me alegra saber que Benedetti es también un punto de referente tuyo.
Eclipse me manifiesto, ve con cuidado que vengo recargada, jejeje... Ya volví de mi expedición a tierras africanas, y preparaos todos porque el blog va a echar chispas en cuanto me ponga seriamente a escribir todo lo que me traigo de allí.... De momento ya escribí el prólogo.
Besitos guapa
Besitos eclipse
y besitos a todos..