“Uno es lo que narra y cómo lo narra.”
C. Martín Gaite, Cuadernos de todo.
Al igual que el periodismo, la historia no es ni inocente ni objetiva. La historia es una narración del pasado elegido, ya que toda historia es selectiva. Elegimos un principio y un final, unos protagonistas y un escenario. Cada historiador es un juglar, un artesano que reconstruye su visión del pasado. Es inevitable que el discurso sobre el pasado se escriba desde el presente, poor eso se impone la pretensión de exactitud, el intento honesto de cada historiador por acercarse a la Verdad. Sin ello, el concepto mismo del trabajo del historiador sería absurdo.
Como los egipcios que borraban el nombre de los enemigos para que desaparecieran del otro mundo, los historiadores europeos no escribieron el nombre de determinados pueblos. Continentes enteros como Asia y África e importantes minorías sociales o nacionales de Europa, consideradas marginales o simplemente no consideradas, no merecieron el interés de los historiadores. No existían.
Hoy las cosas han cambiado y algunos estudiosos tratan de superar la miopía de los antiguos e incorporar a quien es diferente. Pero para narrar una Historia completa que incorpore a los olvidados será necesario tener en cuenta al “otro” y entenderlo . Para nosotros, para los ojos occidentales modernos, puede parecer tentador comparar otras culturas con estadios pasados de la nuestra, una simplificación que hace que la realidad parezca más fácil de entender. Es el llamado evolucionismo cultural: al creer que otras culturas no son más que un estadio de desarrollo para alcanzar la nuestra se les está negando la misma posibilidad de que posean historia. Negamos la diferencia, la originalidad.
Aceptar que ya no hay verdades absolutas, a menudo puede inclinar la balanza hacia el extremo opuesto, el relativismo absoluto, de manera que cada individuo o cada grupo cultural crean poseer “su verdad”. Entre lo absoluto y lo subjetivo, cabría lo que se ha definido como valores objetivos; un mundo de valores propios en cada etapa histórica cultural de unas sociedades concretas, unos valores que expresan una visión del mundo. ¿Pero será posible ponerse de acuerdo en cuales son estos valores? ¿Podremos detener el enfrentamiento, el choque frontal de civilizaciones?
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