viernes, mayo 04, 2007

Azul.


...¿qué grado de azul podrá absorber el ojo?
Joseph Brodsky

De pronto me encuentro pensando en el color azul, parece que últimamente lo encuentro en todas partes. Contemplo los lienzos de la National Gallery o los Tintoretto del Prado y me hablan de ese magnífico azul ultramar. Como en la cafetería del trabajo y alguien se pregunta en voz alta por el azul Klein. Es un color hermoso nadie puede dudarlo, pero en su inocencia angelical se oculta la perversidad de una inocencia dolorosa.

En la Edad Media llegó a Europa desde Afganistán. La pintura toscana del siglo XV empezó a sustituir el oro de los cielos por el azul ultramar. Era el más preciado de los pigmentos puesto que se confeccionaba con la piedra del lapislázuli machacado. El más caro, el más hermoso. El más peligroso. En los muros egipcios, los frescos pompeyanos, los manuscritos bizantinos del siglo VII, las tablas románicas... el azul.

Este color ejerce sobre el ojo una acción singular y casi inexpresable. Como color es una energía; sin embargo, se encuentra del lado negativo y, en su maxima pureza, es una nada excitante. Es algo Contradictorio, con aspecto de excitación y de tranquilidad.
J.W. von Goethe

Mantos virginales, cielos católicos para las almas justas, mares eternos...
Leonardo da Vinci, Vermeer, Fra Angélico y Albrecht Dürer, entre otros, usaron el “oro azul” en algunas de sus obras.


IKB 79
Yves Klein 1959

Yves Klein atribuyó un papel especial al color azul que, como el cielo y el mar, encarnaba los aspectos más abstractos de la naturaleza tangible y visual. Probó una y otra vez hasta encontrar ese azul mágico, símbolo de todo lo eterno. El resultado fue el IKB —International Klein Blue (Azul Klein Internacional)— un penetrante azul ultramar, copia artificial de los ricos azules del XIX, que patentó y le llevó a la fama. ¿Fue Klein un moderno Fausto que vendió su alma al azul?

Con el rojo sé a que atenerme. El rojo es mi color, el de la sangre y la vida. El negro lo entiendo y lo sé mío. La oscuridad ilimitada de la noche. O el verde que me enamoró con el vestido de terciopelo de Escarlata y el color musgo de las abadías o las tumbas semiolvidadas. Me gusta el verde, el verde fresco, vivo o profundo del follaje de bosques ignotos. Pero el azul... no me fío del color azul. Demasiada intensidad tras su aparente placidez. Demasiados azules dentro del azul. Tanta belleza puede resultar mortífera. La dama de hielo, la reina de las nieves, los angeles que golpean con su bondad y arrasan a su paso, espadas flamígeras de hielo azul.

7 comentarios:

Javier Luján dijo...

Yo pienso en rojo en todo momento, quizá porque soy aries, porque me gusta la pasión o por mil cosas que ahora no me vienen a la mente. Qué se yo.
Un beso azul.

Galahan dijo...

Pues a mi el azul me gusta. Y acabo de descubrir eso del "Azul Klein" que no tenía ni idea (aunque me suena de algo de "El Diablo viste de Prada", una película que madre mía...) y resulta que es un azul concreto que me encanta.

En los cuadros que comentas me encanta ver ese azul eléctrico (yo le llamo así, no Klein, que me suena a calzoncillo) y siempre me llamó la atención. Siempre me fijo y lo busco desde que me dijeron que era tan preciado, allá en COU.

Quizá sea por lo bien que queda en el icónico traje de Superman.
Quizá sea por ese brillo irreal, ese color imposible.

En pirotecnia también es carísimo el azul. Fíjate en los fuegos artificiales y verás que casi todo son rojos, amarillos, naranjas... verdes claros y de vez en cuando, azul. Pero poco.
También se puede ver la pasta que ha costado un castillo buscando azules en él.

Y qué decir de una casa. Una casa puede ser cara o barata, pero cuanto más azul se vea por las ventanas, también es más cara!
Juju!

Yo es que soy azul, ya lo sabes.
Pero te puedes fiar.
Eso también lo sabes ;)

Anónimo dijo...

Las cosas no cambian por mucho que pase el tiempo. Perdón, corrijo: las cosas cambian -a cada segundo, pequeña Sofía- pero tú permaneces inmutable e invariable. Ciclotímica perdida, maníaco-depresiva, politoxicómana del Senso y en la eterna búsqueda de... ¿qué?

Deja de buscar y mira en tu interior, encuéntrate, acéptate sin reservas aunque no te guste lo que ves y despliega tus alas en solitario, a plena luz. Porque quieres, no porque estés sola.

Crece.

Anónimo dijo...

Vaya arrogancia la tuya, primer azul! Tú consejo no parece dado ni desde la cercanía ni desde la salud emocional. Lo de desplegar las alas suena a palabrería bucólica con que edulcorar un juicio público que no te corresponde hacer. Los consejos cariñosos son otra cosa.Y creo que, efectivamente uno debe buscarse, pero también construirse cad día, a cada instante, no conformarse con algo que no le satisface.

Enttropia dijo...

Gracias a todos por compartir conmigo esta inquietante visión del color azul. Especialmente a tí, pez de río, eres tan sabio y hermoso como la novia del viento.

Anónimo dijo...

pez de río, boquea y respira antes de balbucear, así te dará tiempo a pensar antes de seguir nadando contra corriente.

yo no doy consejos, emito juicios desde la "arrogancia" (como tú la defines) que da la experiencia.

tu amigo,

D

Galahan dijo...

Y quien te creerás tú para emitir juicios sin que nadie te pregunte...
Juzgad y sereis juzgados.

Y tu, desde luego, más que arrogante (que lo eres) eres un maleducado, ser anónimo.

Tranquilidad...