viernes, octubre 06, 2006

Doce segundos.


Por favor, quiero salir de aquí. Llevadme a la Quinta Blanca. Llevadme al faro y dejadme allí. Canta Drexler y el niño me lo repite: no es la luz lo que importa en verdad, son los doce segundos de oscuridad.

Gira el haz de luz para que se vea desde alta mar. Pero yo no encuentro el camino, me perdí en el fango, retazos de mis sueños. Soy un navegante que no sabe esperar. Un náufrago cansado que fantasea con dejar de intentarlo, hundirse en la oscuridad...

Pero sé que no son más que palabras, siempre palabras. Ahora he de ir a trabajar. Sombra de ojos, una sonrisa en los labios. La cabeza alta delante de todos ellos. Y mientras camine por la redacción, mientras teclee en ese viejo ordenador, por dentro pensaré que en algún lugar hay un faro que no deja de girar. Un faro que me llama.

Y que en algún lugar hay un cuento que alguien escribe para mí.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EFECTIVAMENTE ALGUIEN HA ESCRITO UN CUENTO PARA TI.
ESO ES LO QUE TIENES QUE PENSAR HAY PERSONAS QUE CUANDO TE CONOCEN QUIEREN ESCRIBIRTE CUENTOS.

Esther Hhhh dijo...

Los faros iluminan con su luz inalcanzable, intermitente... Déjame que te dedique este poema-cuento de Benedetti.. ¿me regalas una sonrisa a cambio?

Cuando la hija del viejito guardafaro
dejaba el faro y bajaba a tierra
los rudos no podían soportar su belleza
tan sólo la seguían con los ojos y labios
paralizados por su cercanía
y si en la noche hallaban a la mujer de siempre
no podían borrar aquel recuerdo y fracasaban

La hija del farero llegaba hasta el mercado
compraba frutas carne pan cebollas
tomates azafrán pollo merluza
vale decir los víveres para cuatro semanas
pagaba y sonreía y emprendía la vuelta
y treinta marineros le hacían un pasillo
para que transcurriera su hermosura
y ella gozosamente transcurría

y si en la noche el faro se encendía
los pescadores y los alfareros
los tenderos y los motociclistas
los viejos verdes y los adolescentes
abrían las ventanas y los párpados
para que así la hija del farero
los envolviera con su luz
inalcanzable intermitente.

Anónimo dijo...

Pie detrás de pie, no hay otra manera de caminar...

En fin, faro y flor comparten la primera letra. La del principio.
Ese cuento seguro que es como un lienzo. ¡Coge un pincel y pinta!
Ánimo.

Anónimo dijo...

Unos versos de Neruda:
"Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio !
Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!
Hice retroceder la muralla de sombra.
anduve más allá del deseo y del acto.
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto".
Un saludo, me gusta tu blog.

IquiKu dijo...

me hiciste recordar el cuento de ray bradbury titulado "La sirena"

http://hotelkafka.com/blogs/RayBradbury/2007/01/la-sirena.html

Leelo y si ya lo has leido bueno pues entiendes de que hablo ;-)

Un abrazo de pez pra voce :-)