martes, octubre 17, 2006

De triángulos, vértices, vórtices y geometrías varias.

La institutriz
Jean-Siméon Chardin 1739

Sostiene Mila que el amor es un triángulo.

Y rotulador en mano ha empezado a llenar la pizarrita de rayotes.

Uno de sus vértices es la pasión, me cuenta. El sexo, por supuesto, pero no sólo eso, es el disfrute, el gozo...

Otro vértice, continúa, es la intimidad, tanto emocional como sexual. Yo enseguida imagino una pareja hablando en la cama con las caritas muy juntas. Sostiene Mila que la pasión suele generar intimidad. Pero que también sucede al revés.

El tercer punto lo llama compromiso y añade que se refiere a proyectos de futuro y reglas de lealtad.
Por lo que entiendo, la pasión además de vértice es vórtice, porque en ella se genera el enamoramiento, pero ahí ya ando un poco perdida porque no veo la necesidad de una lección teórica sobre el amor. ¿Acaso no lo he saboreado y llorado ya bastante?, me pregunto mosqueada, pero mi hada buena continúa rotulador en ristre dispuesta a hacerme ver algo que se me escapa.

Parece ser que la geometría del amor no es como la de los libros, porque sostiene Mila que hay amores que se componen sólo de dos de los vértices del triángulo. Por ejemplo pasión y compromiso, que se supone que es el que menos futuro tiene. Sostiene Mila que ese es el amor fatuo. Enseguida he buscado fatuo en el diccionario y dice que significa falto de razón o entendimiento. Pero a mí fatuo me gusta más con fuego que con amor, porque los fuegos fatuos tiene cierta belleza macabra y el amor fatuo parece cosa fría y orgullosa.

Pero sostiene Mila que aún quedan dos vértices y dos combinaciones posibles más. A saber: compromiso más intimidad, que suman amor amistoso; y pasión con intimidad, que se traduce en el amor romántico.

Y viendo el gráfico me doy cuenta de lo que me quiere decir. Y no sólo de eso, sino que además hace tantos años que no tengo una relación de tres vértices que ya no estoy segura de haberla tenido alguna vez.

8 comentarios:

Esther Hhhh dijo...
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Esther Hhhh dijo...

Si te digo la verdad, no creo en el amor. El desamor me hace no creer en él. Y en cualquier caso creo que en la mayor parte de las veces he tenido relaciones de un solo vertice y alguna vez de dos. O desamor al más puro estilo "sufre, que eso es lo que te toca".
Ya no sé ni lo que creo, eso es la verdad.
Pero en cualquier caso, gracias por las pistas, al menos sé que el hipotético amor (y fijate que soy buena y no le pongo el título de utópico) consta de tres vértices en forma de triángulo... Y digo yo: ¿servirá para este triángulo el teorema de Pitágoras?
Besitos guapa

Anónimo dijo...

Puf, con vértices y vórtices y todo aquello... con lo de letras que soy y parezco... y encima Esther habla de Pitágoras.

Así que nada, yo también hablo de teorema de Pitágoras, de triángulos, de amor y lo que me sale es decir que: Cómo me gusta ser uno de los catetos.

Un beso fuerte.

Anónimo dijo...

¿qué pasa que te tiene atormentada un tío?pasa de él... desaparece y el día que menos te lo esperes.. ¡babomm! ahí estará... pero entonces será demasiado tarde. que le den! son todos unos cobardes.

Sir Alsen Bert dijo...

¿No da el triángulo la nota justa para afinar instrumentos?
Toca, tócalo...

Anónimo dijo...

dice bucay que no es lo mismo necesitar que querer que amar. Si te necesito, te necesito como necesito respirar. Si te quiero, te quiero para algo, fíjate para, y ese para algo que te une a mi hace que no desee que te marches, aunque tú lo desees. Si te amo, te amo aunque no tengas finalidad, te amo como eres con lo bueno y con lo malo, con plena aceptación. Te amo aunque te vayas porque te amo libre. ¿cómo era? ah, sí. "Si te quiero te recorto las alas y te dejo a mi lado para siempre; si te amo, disfruto viéndote crecer las alas y disfruto viéndote volar" Un saludo.

Anónimo dijo...

Entro por primera vez y leo.

Me gusta.

Creo en el amor, siempre he creído. Para mi el Amor es demasiadas cosas a la vez, algo tan complejo y difícil que todas sus variables coinciden al tiempo... es impresionante.

Una vez lo viví y al tiempo tuve la oportunidad de revivirlo pero quizás esto es, si cabe, más complejo aún.

Además de todas las variables a las que Mila se refiere, incluyo la que para mi es también esencial: el amor es también y sobre todo DETALLE.

El DETALLE significa un porqué o un por qué no, convierte la abstracción en hecho y quizás, muy cerca de nosotros, haya alguien que esté esperando recibir, como envuelto en papel de caramelo, un bonito sentimiento, pensamiento o emoción.

Heba dijo...

Tiendo en estos tiempos a hablar de amor en términos matemáticos y me sorprendió esta página. Un buen apunte el de guevon enmascarado.
Me divierto con una ecuación de hombre autárquico, indiferente y lejano. No me deja despejar ni una misérrima x. Y comparto preciosa división cotidiana y permanente llena de restos. Porque en esto del amor -fatuo o infatuo, que más da!- siempre tiendo a coleccionar equiláteros. Que le haremos!.