"Se refería al episodio de Flitcraft en el capítulo séptimo de El Halcón maltés, la curiosa parábola que Sam Spade cuenta a Brigid O'Shaughnessy sobre un hombre que abandona la vida que lleva y desaparece de pronto. Flitcraft es un individuo absolutamente convencional: marido, padre, próspero hombre de negocios, una persona que no puede quejarse de nada. Un día sale a comer y cuando va andando por la calle una viga se desploma desde el décimo piso de un edificio en construcción y casi aterriza en su cabeza. Unos centímetros más y Flitcraft habría muerto aplastado, pero la viga le pasa rozando, y salvo por una esquirla que salta de la acera y le da en la cara, resulta ileso. De todos modos, el hecho de haber estado a un paso de la muerte lo perturba, y no puede sacarse el incidente de la cabeza. Según dice Hammett: 'se sintio como si le hubieses quitado la tapadera que cubre la vida, permitiéndole ver su mecanismo.' Flitcraft cae en la cuenta de que el mundo no es un sitio tan racional y ordenado como él creía, de que ha estado equivocado desde el principio y jamás ha entendido ni palabra de lo que ocurría en él. Es el azar quien gobierna el mundo. Lo aleatorio nos acecha todos los días de nuestra vida; una vida de la que se nos puede privar en cualquier momento, sin razón aparente. Cuando termina de comer, Flitcraft concluye que no tiene más remedio que someterse a esa fuerza aniquiladora, que debe destruir su vida mediante algún gesto sin sentido, totalmente arbitrario, de negación de sí mismo. Pagará con la misma moneda, por decirlo así, y sin molestarse en volver a casa o despedirse de su familia, sin tomarse siquiera el trabajo de sacar dinero del banco, se levanta de la mesa, se dirige a otra ciudad y empieza una nueva vida."Paul Auster
La noche del oráculo
Medida del desorden de un sistema. Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cuales se va a recibir uno solo.
viernes, noviembre 14, 2008
La tapadera que cubre la vida.
martes, septiembre 16, 2008
Una habitación propia.
Regina Cordium
Dante Gabriel Rossetti 1886
Virgina Woolf hablaba de la necesidad de tener una habitación propia.
Una habitación propia.
Una guarida, un refugio. Un espacio con el que pueda armonizar nuestro espíritu.Un espacio donde quitarnos los problemas del día, igual que nos quitamos los zapatos de tacón de nuestros pies cansados al acabar la jornada. Pero por supuesto, es mucho más que un espacio. Una habitación propia significa independencia.
¿Tenía Jane Austen una habitación propia? Sus biografías nos cuentan que escribía en su salita de recibir y ocultaba los papeles en cuanto llegaba una visita. Quizás se encontrara en plena descripción, quizás en aquel momento dibujaba con palabras el sonrojo en el rostro de Elizabeth Bennet o el fango de sus faldas cuando llegaba la Señora de tal o de cual y ella se veía obligada a hablar del tiempo o la próxima merienda de la parroquia. Y sin embargo, ella era independiente. No, una habitación propia no es sólo una habitación.
Escribir es crear en nuestro interior un palacio. Dibujar universos enteros en la palma de nuestra mano. La mujer que posea universos y palacios será fuerte y sabia. Por tanto, si quieres sentirte sabia, rica y hermosa, escribe. Escribe. Porque en tus palabras se encuentra la magia más poderosa, la de la creación. Ya no serás un simple satélite orbitando alrededor de un “él”. Ya no serás un corazón angustiado, un ansia palpitante. Tendrás un “yo”, serás alguien, con planetas y estrellas orbitando en tu interior, con brillo en los ojos y personajes entretejidos en tu pelo. Serás un universo en ti misma.
Virginia Woolf estaba loca. Estaba loca y era inteligente. Resulta curiosa la coincidencia aunque es probable que nada tenga que ver una condición con la otra. Inteligencia y locura. ¿Acaso se puede vivir de otro modo en este mundo? Virginia Woolf en su locura e inteligencia se preguntaba ¿qué es lo que necesitan las mujeres para escribir? Y su respuesta fue esa habitación simbólica y real que supone la plasmación física de la independencia económica y personal.
Para una mujer los espacios son muy importantes. Al menos para mí lo son. Los espacios físicos, la armonía del lugar que nos acoge. Orden y una cierta limpieza a nuestro alrededor, una taza de té calentito en la mano, el gatito que se frota contra nuestras piernas… Desde la seguridad física nuestro espíritu se crece y se eleva para construir nuevos espacios imaginarios que se cosen con palabras. Frases y palabras que enhebran nuevas frases y palabras que son alimento para el alma.
Hola a todos.
Estoy de vuelta.
jueves, enero 10, 2008
Leaving Entropia.
walk with me
and see the world I see
it is our home
it's where we all belong
life is flair
a brittle dress we wear
a fleeting sigh
but though pointless it may seem...
live as death were but a dream
you don't have to walk their way
you don't have to watch the show
you don't have to play their game
and you don't have to die to leave entropia
all remains...
forgotten smiles in frames
two fleeting lives cut down to pocket-size
walk with me
and change the world we see
we'll cease to be
just people passing by
home is where we all get by
you don't have to cry for more
you don't have to have it all
you don't have to win a war
if death is but a dream
then don't let me...
...fall asleep