lunes, agosto 24, 2009

La pobre tía Ana.

Nunca imaginó que acabaría siendo "la pobre tía Ana". Por suerte, jamás llegó a sospechar que su muerte sería una anécdota jugosa que contar cuando la conversación decaía en una fiesta: "¿Sabéis lo que le pasó a la pobre tía Ana?" Su fantasma no descansa tranquilo. No se la podía culpar de tropezar, ¿cómo iba a saber ella que se caería? Fue mala suerte que la piscina estuviera vacía. Pobre tía Ana.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

La verdad que es mala suerte... Esa foto es muy inquietante.

Besitos

Anónimo dijo...

Vaya, tu blog se ve interesante...lo voy a leer todo pronto.
Saludos que pasaré.
Reila

susana moo dijo...

je. Menudo humor negro.