La Dama del Unicornio. Con mi solo deseo (detalle)
S. XVI Museo de Cluny (París)
¿Cuáles son los paisajes de nuestra infancia?
La infancia siempre parece un lugar mítico, un país mágico al que muchos quisiéramos regresar. O quizás no. Quizás también sea un lugar repleto de tristezas. Una sucesión de días nublados en el que una niña demasiado solitaria no quiere hablar con nadie. Sólo estar con sus libros y que la dejen en paz.
Bueno, eso no ha cambiado demasiado, ¿verdad?
La última novela de Ana Mª Matute ha agitado algo dentro de mí. Quiero poder ver como el unicornio se escapa del cuadro. Quiero sentir como sus pequeñas peñuzas hollan la hierba del bosque. Quiero creer que hay un gemelo que nunca va a abandonarme.
El mundo de los Gigantes aún me sigue resultando extraño aunque yo me haya convertido en uno de ellos.
Quiero volver a cruzar la puerta. Quiero entrar en la biblioteca mágica.
Kay y Gerda, mis pequeños amigos. Últimamente su recuerdo se despierta muy a menudo. También Ana Mª Matute los trae de vuelta en su novela. Al final la Reina de las Nieves se los ha llevado. ¿Será cierto que los niños son como los vilanos y nunca vuelven? Tampoco lo hacen los unicornios. Los que se van, nunca vuelven.
3 comentarios:
Dry Martini nunca dijo....
por fin volvistes de verdad intermitente. Como Alfonso Costafreda,vida tan malograda no debiera contarse...
Para Bella...todavia
Vuelven en recuerdos. Esa es la única forma de volver después de un adiós.
Martín G
Quizás de pequeños nos protegieron tanto, que ya no sabemos vivir sin esa protección.
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