Parece una sencilla regla escolar pero se trata de un enigma matemático. Jamás nadie ha logrado demostrar esta afirmación aún cuando la mayoría de matemáticos cree que es cierta. La conjetura ha sido investigada por muchos teóricos de números y ha sido comprobada por ordenadores para todos los números pares menores que 2×1016.
Este problema es la base de El tío Petros y la conjetura de Goldbach de Apóstolos Doxiadis, una breve y encantadora novela que estoy leyendo ahora. Con el fin de generar publicidad para el libro, el editor británico Tony Faber ofreció un premio de un millón de dólares a aquél que demostrase la conjetura. Nadie reclamó el premio.
¿Quién me iba a decir a mí que las matemáticas también podían ser emocionantes?
2 comentarios:
Gracias! Lo buscaré, me encanta que me recomienden libros :-)
Las Matemáticas siempre me han resultado Misteriosas y tan incomprensibles que nunca pude apasionarme con un teorema, siempre preferí las palabras, pero me queo con las Matemáticas como Música, Naturaleza e inteligencia y con tu Cometario que me parece buenísimo. Saludos Rosa
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