Se despierta a mi lado llorando.
- ¿Qué te pasa, pequeño? ¿Qué ocurre?
- Era un sueño. Estaba soñando.
No deja de llorar y moquear, le acaricio el rostro y beso sus lágrimas, en adormilados intentos de consolar una tristeza que parece infinita.
- Cuéntamelo, ¿qué pasa?
- Soñaba. Soñaba que éramos novios y estábamos follando.
¿Qué responder a eso? ¿Qué responder cuando tu alma está llena de llagas? ¿Cuándo sólo ese pequeño parece capaz de calmarlas con su cariño?
Cada noche caigo agotada. Mil cosas pendientes, mil cicatrices por cerrar. Explicaciones que no explican nada y una soledad que muerde las entrañas. ¿Qué responder a eso?
- Shhh..., vé a lavarte la cara, ven y descansa. No pasa nada. Todo irá bien.
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